RTC 31

INVESTIGAR EL TEATRO. CANADÁ

EL GESTICULADOR Y CALIBÁN REX: BASES PARA UNA GENEALOGÍA

Por Judith A. Weiss Tayar*

El naturalismo de Ibsen, que tanta influencia ha tenido en el teatro hispanoamericano, y la preocupación identitaria expresada en la dicotomía arielismo/calibanismo han seguido cursos paralelos en nuestro continente por más de un siglo, nutriendo distintas ramas de la producción cultural hispanoamericana y ocupando el quehacer crítico. Uno de esos encuentros entre las dos corrientes, que dio la pauta para este artículo, tiene como núcleo generativo una lectura intertextual de dos obras dramáticas que la crítica no había vinculado hasta el presente: una pieza poco conocida fuera de Cuba - Calibán Rex (1914), de José Antonio Ramos - y una pieza canónica del teatro mexicano - El gesticulador (1938), de Rodolfo Usigli. Se trata de importantes obras de juventud de dos autores que planteaban críticas reformistas de la política de su época, articulando una reflexión subjetiva sobre el rumbo de sus respectivos países, a la vez que encaminaban a sus protagonistas - individualistas presos en la trampa de sus ideales - hacia la derrota en medio de un torbellino de corrupción. (1)
De las lecturas paralelas de estas dos obras se destacan correspondencias directas de tema y concepto, de argumento y de sintagmas, que podrían contribuir a extender la genealogía de ambas piezas en sentidos no explorados hasta ahora. El nexo entre estas piezas, fundamentado en elementos textuales y biográficos, promete un aporte más significativo si se insertan ambas piezas (ampliamente reconocidas ya como modelos de la influencia de Ibsen en el teatro hispanoamericano) dentro de la propuesta ideológica (o, para algunos, el tropo) del llamado "calibanismo".
Ramos, al igual que Usigli, se mantuvo al margen de la política partidista, aunque mantuvo a lo largo de su vida un intenso interés en el proceso político de la nación cubana, ampliamente documentado en conferencias y en escritos sobre la responsabilidad cívica en Cuba. Publicó Calibán Rex durante su tercer año en el servicio consular de Cuba. Usigli, por su parte, escribió El gesticulador poco después de dejar el cargo de secretario de prensa del presidente Lázaro Cárdenas y mientras ocupaba otro puesto en el gobierno.
Desde su posición de escritores de clase media cuya identidad social estaba determinada en gran medida por sus respectivos cargos gubernamentales, y enfrentados perennemente al desafío de sistemas políticos y valores sociales contradictorios, Usigli y Ramos encontraron en Henrik Ibsen el modelo ideal de una literatura dramática cuyo máximo valor residía en la exposición de problemas sociales y políticos desde una postura individualista, defensora del elitismo intelectual. Cabe destacar que el grado de seriedad que informaba el compromiso intelectual de aquellos jóvenes dramaturgos era tal que los llevó a omitir el más mínimo elemento cómico en estas dos piezas, como si temieran minar la gravitas de su tema aligerando el diálogo o la caracterización.
Las semejanzas que encontramos en las lecturas paralelas suscitaron dos preguntas, que se proponen aquí como puntos de partida para este artículo: ¿Dónde se puede situar ahora la primera pieza mayor de teatro de Ramos en relación con sus propios antecedentes literarios y con la obra que Usigli escribió veinticinco años después? ¿Podría inferirse, de los vínculos concretos que existieron entre Usigli y Ramos, una influencia no reconocida hasta ahora?
Proponemos en primer lugar una nueva lectura de la pieza de Ramos a partir del título y basándonos en un trazado genealógico de sus antecedentes. Lo primero que llama la atención es la ausencia de Calibán Rex en el abundante material bibliográfico y crítico que existe sobre el tema de Calibán. (2) No debe sorprendernos dicha omisión, ya que aparte de Tembladera, su pieza más sólida y acabada, que ha sido antologada y comentada fuera de Cuba, la obra de José Antonio Ramos parece haber quedado relegada a la admiración de la comunidad intelectual cubana de la Isla y de la diáspora. Es posible suponer que la pieza no fuera lo suficientemente pertinente para ser considerada dentro de esa clasificación bibliográfica porque el Calibán del título no aparece claramente representado dentro de la obra - y, sin embargo, la pieza de Manuel Gálvez del mismo título (1943) sí figura en las fichas bibliográficas, tal vez por ser Gálvez un autor mucho más conocido fuera de Argentina (por sus novelas, sus biografías y sus ensayos) que Ramos fuera de Cuba. Es más probable, por lo tanto, que la pieza no haya sido incluida en la extraña taxonomía del calibanismo porque los historiadores literarios de Hispanoamérica simplemente la desconocían.
El título de esta primera obra en la que Ramos se enfrenta a la realidad política de su país puede ser una derivación del apodo "Marius Rex" que algunos intelectuales le pusieron a Mario García Menocal, presidente (1913-21) en alusión directa a su conducta de político autoritario, razón por lo cual es muy posible, por lo tanto, que la intención de Ramos fuera satírica y ad hominem. Pero más allá de ese importante detalle, que nos sitúa en la vorágine del momento histórico por el que pasaba la joven república cubana al escribirse la obra, para el lector medio y, sobre todo, para el extranjero es un título ambiguo. Proponemos que también nos refiere, conscientemente o no, a aquella gran encarnación grotesca de Calibán, el Ubu Roi de Jarry (1893), y al antagonista de Próspero en la pieza de Ernest Renan, Caliban, suite de La Tempête: drame philosophique (1878). De hecho, sólo cobra vitalidad y envergadura si se lo sitúa en la línea europeizante constituida por lo que Deleuze y Guatari denominan un personaje conceptual, (3) aquel creado por Shakespeare y resucitado en la modernidad por Ernest Renan.
En su "drama filosófico" que lleva por título el nombre del aborigen colonizado, Renan traslada el núcleo Próspero-Ariel-Calibán a Europa, donde Calibán organiza una revolución que derroca a Próspero; la pieza es fundamentalmente una reflexión, pocos años después de la debacle de las revoluciones y de la Comuna de París, sobre el desplazamiento de las élites intelectuales y espirituales por un liderazgo democrático (al que Renan representa como demagógico). Renan no se preocupa del problema del colonialismo, en cuyo contexto se insertaría décadas más tarde el personaje conceptual de Calibán en Hispanoamérica, y en ese respecto no se conforma por entero con la línea histórica del calibanismo tal como ha llegado hasta nosotr@s; sin embargo, la polaridad élite-masas que plantea Renan sí es desarrollada poco después por Ibsen en su magnífico aporte al teatro naturalista, Un enemigo del pueblo (1882), y por Ramos en su muy ibseniano Calibán Rex. En Ramos persisten, además, huellas de Renan en el propio argumento y en la configuración de sus personajes, que probablemente deben su existencia en igual medida a Ibsen y a Renan, como veremos más adelante.
La tónica del calibanismo en Hispanoamérica no la fijaron las tensiones de clase sino el choque entre culturas - el pragmatismo del Norte contra el idealismo del Sur. Aunque el más célebre portador del personaje conceptual a nuestro continente, Rubén Darío, (4) conoció seguramente la obra de Renan, se piensa que encontró su pauta más bien en el rosacruz Josephin Péladan (1858-1918), quien llamó a Estados Unidos "la tierra de feroces calibanes" (cito aquí el estudio esencial de Carlos Jáuregui). Fue a partir de Rubén Darío y de José Enrique Rodó, entre 1898 y 1910, que se popularizó la ecuación entre dos polaridades: Calibán-Ariel = EUA-Hispanoamérica. (Esa antítesis no caracteriza en un ciento por ciento ni la catilinaria de Darío ni el ensayo de Rodó, según lo demostró Emir Rodríguez Monegal.)
Es con el advenimiento de una intelectualidad anticolonialista entre 1950 y 1970 que se resemantiza el personaje conceptual de Calibán y es adoptado como símbolo de un "Tercer Mundo" que descubre su propia voz y la alza contra las potencias hegemónicas. En Latinoamérica y el Caribe son los ensayos de Roberto Fernández Retamar los que con mayor impacto han explorado el calibanismo, a lo largo de más de veinte años en que el destacado intelectual cubano se ha dedicado a revisar el tema periódicamente.
En las últimas décadas, pues, el Calibán que en su conceptualización más conocida (la de Darío y Rodó) se identificara con el materialismo y la agresividad imperialista de Norteamérica, ha recobrado su identidad original, la de la víctima del Próspero de La Tempestad, una criatura aborigen que agencia ahora un nuevo destino, como lo hiciera casi un siglo antes el Calibán rebelde de Renan, solamente que esta vez lo hace en un contexto internacional. Por otra parte, con respecto a las polémicas identitarias de las naciones americanas, no sería inverosímil una nueva hipótesis que, partiendo del paradigma de Renan, clasifique a Calibán como el marcador negativo de la antítesis "civilización-barbarie", tropo neopositivista latinoamericano; esta, por lo menos, sería una conclusión posible de la propuesta que ofrecemos en las siguientes páginas.
Ramos no hace mención del "Coloso del Norte" en su pieza, cuyo título parece situarla en la corriente ideológica iniciada por sus contemporáneos Rodó y Darío (aunque sí lo haría tres años después, de forma tangencial, en Tembladera) sino que circunscribe la problemática, como lo hicieron Renan e Ibsen, dentro de lo intrínsecamente nacional y social. El enfoque que trae Ramos al conflicto entre la élite intelectual que se consideraba libre de corrupción y los políticos advenedizos, oportunistas y pragmáticos da motivo para situar la pieza más bien en el marco intelectual del conflicto civilización-barbarie.
Volvamos a las curiosas correspondencias entre Calibán Rex y El gesticulador, donde Usigli retoma algunos de los mismos hilos temáticos. Se han propuesto hasta aquí tres marcos referenciales: (1) la influencia de Darío y Rodó en la generación de Ramos; (2) el calco textual del Caliban de Renan en la obra de Ramos y (3) el calco textual de Un enemigo del pueblo, en El gesticulador y en Calibán Rex. Un cuarto marco sería el de la relación intertextual entre Ramos y Usigli, que examinaremos a continuación (en relación a Renan e Ibsen), pasando a detallar los elementos claves de esa intertextualidad: los personajes, el argumento, la ideología y algunas correspondencias sintagmáticas. Espero esclarecer las correspondencias entre El gesticulador y Calibán Rex, que en algunas instancias no pueden atribuirse al tercer hipotexto común, Un enemigo del pueblo (el más universalmente reconocido) o que hacen eco más bien de un cuarto hipotexto, el Caliban de Renan. (5)

 

A. Los personajes
Los cuatro protagonistas (Próspero, Stockman, Gómez Viso y el profesor Rubio) son reconocidas figuras intelectuales que se consideran guardianes de una verdad noble y que, con el fin de proteger sus ideales, retienen, celosos, el conocimiento exclusivo que constituye su poder. El Próspero de Renan (ER) es alquimista (mago-científico-transformador); el Doctor Stockman (HI) es médico y protector de la salud pública, y ha averiguado por medio de un análisis científico que las aguas del balneario están contaminadas - análisis que las fuerzas políticas y económicas de la ciudad quieren ocultar; el Doctor Gómez Viso (JAR), "médico" en el sentido metafórico, poseedor y defensor de los ideales martianos, se ha lanzado a la política para curar los males de la joven república cubana y combatir la corrupción y la contaminación de las instituciones; César Rubio (RI), historiador, profesor, está empeñado en recuperar los ideales de la Revolución Mexicana y de ofrecerse como antídoto a la corrupción política de la nación.
El Próspero de Renan, figura autoritaria pero incapaz de ocuparse del manejo práctico del gobierno, es desplazado por Calibán, quien promueve la democracia por medio de la revolución, pero asume a su vez características del autócrata y protege a Próspero al final porque la sociedad necesita a sus artistas y científicos. El Dr. Stockman se transforma en figura autoritaria para atacar el peligro que amenaza la salud de su ciudad y se lanza luego a una campaña contra los inversionistas que buscan encubrir la verdad; enaltece al pueblo mientras piensa que este apoyará su proyecto idealista, pero luego lo rechaza, desdeñoso, cuando pierde el apoyo popular. Queda marginado, pero con la esperanza que sus hijos mantendrán vivos sus mismos ideales.
En su falta de sentido práctico de la realidad política y en su elitismo, Gómez Viso se asemeja más al Próspero de Renan que al Doctor Stockman (aunque se le suele identificar con Stockman por la semejanza de la pieza de Ramos con la de Ibsen). El profesor César Rubio, por su parte, miente para cumplir su misión histórica, asumiendo la identidad de un revolucionario muerto y por consiguiente la cualidad pragmática de Calibán (Renan) o de Medina (Ramos).
Los hijos juegan un papel clave en las cuatro piezas. El destino de los "hijos" y herederos de Próspero refleja el destino del propio Próspero: Ariel se esfuma al tiempo que se esfuman las virtudes idealizadas del mago, mientras que Calibán hereda su autoridad política. Stockman ve a su hijo y a su hija como herederos de su idealismo. Las hijas del doctor Gómez Viso reflejan en cierto respecto a los herederos de Próspero y a los de Stockman: una hija, pasiva y más convencional en su papel femenino, la otra más fuerte e intelectual; pero el heredero político será el yerno, Rogelio. El hijo y la hija de César Rubio están divididos en su reacción a la gran mentira de César; pero Miguel continuará su búsqueda de la verdad, como prometiera hacerlo el yerno de Gómez Viso en la pieza de Ramos. A diferencia de los protagonistas de Caliban y Un enemigo del pueblo, los protagonistas de El gesticulador y Calibán Rex tienen hijos mayores, con voz y agencia para continuar la tarea del padre inmediatamente después de su muerte.
Se observa una correspondencia entre una de las hijas en Calibán Rex y la de El gesticulador en su actitud y en el lenguaje descriptivo: Luisa, una de las hijas de Gómez Viso, está "loca por salir de Villavil" (JAR, 29) y Julia, la hija de César Rubio, también está loca por salir del pueblito y regresar al D.F.
En las cuatro piezas aparecen agrupaciones de personajes secundarios que fungen de voceros y ecos importantes. Los grupos corales de las cuatro piezas también tienen una función representativa: el pueblo y los cortesanos en Renan, la delegación de ciudadanos en Ibsen y las delegaciones políticas en Ramos y Usigli. Los grupos políticos pierden su cohesión tanto en Ramos y en Usigli: en Ramos, la Asamblea está a favor de Gómez Viso y en Usigli, es el Partido que favorece a Rubio. En ambas piezas, es la acción extrema de un hombre fuerte, convertido en antagonista, el que rompe esa relación orgánica que se ha establecido entre el "líder natural" y el grupo político que lo sigue.

 

B. Argumento
Las cuatro piezas tienen como núcleo de la acción una transformación política coartada. Renan presenta una rebelión popular iniciada primero por Calibán y luego frenada por él mismo. El protagonista de Ibsen incita al pueblo a rebelarse contra la corrupción de los inversionistas y a extender su protesta a una revolución social, pero es abandonado y marginado. En Ramos, el deseo del protagonista de transformar la vida política es coartado por Medina, un político oportunista que lo abandona, tachándolo de idealista inútil. Una traición muy parecida ocurre cuando Navarro, que como Medina es un político oportunista, manda asesinar a César Rubio. Tanto Medina en Calibán Rex como Navarro en El gesticulador se benefician del asesinato de un líder idealista, al que convierten en mártir, fingiendo ser ante los ojos del público admiradores del hombre que los favoreció sólo con su muerte. También es clave el detalle común del anonimato - tan conveniente para los antagonistas - en las muertes de Gómez Viso y de Rubio: a Gómez Viso lo mata "una bala perdida", mientras que Rubio muere a manos de "un católico fanático" (a quien la muchedumbre lincha en el acto, silenciándolo).

 

C. Temas:


(1) Idealismo político. Filosofía
El Próspero de Renan se muestra convencido del poder de sus conocimientos: "Dans mon gabinet, j'ai plus de puissance que dans mon palais de Milan" ("Tengo más poder en mi cuarto de estudios que en mi palacio de Milán.")(ER 404). El doctor Stockman se niega a reconocer el razonamiento económico de sus rivales, aseverando que no se entregará a los imperativos pragmáticos aunque se desbarate el mundo entero, por permanecer fiel a su vocación científica y a su compromiso social (HI 220). El doctor Gómez Viso, en su convicción de que la política es una actividad filosófica, cree que la publicación de sus discursos será suficiente para crear un movimiento político limpio; pero su amigo Victoriano le asegura que "En esto los hombres como tú se pierden, se hunden, Enrique" y le recomienda que vuelva a su "verdadero puesto de pensador y de maestro". César Rubio expresa su filosofía de la política en varias ocasiones, v.g.: "El gran político viene a ser el latido, el corazón de las cosas" (RU 75) y "La política es una especie de filología de la vida que lo concatena todo" (RU 74). Pero en un principio, al articular lo que había motivado al general Rubio a unirse a la Revolución, el profesor dice "A César Rubio nunca lo llevó a la revolución la simple ambición de gobernar. El poder mata siempre el valor personal del hombre. O se es hombre o se tiene poder. Yo soy hombre" (RU 60). Sin embargo, él, al igual que Gómez Viso, se engaña y traiciona su propio razonar, seducido por la posibilidad de combatir la corrupción política por medio de la lid electoral.

 

(2) Populismo o voluntad de democracia
(a) Cuando el pueblo lo sigue, Stockman está convencido de que tiene fuerzas sociales triunfantes que lo acompañan (HI 142), "un pueblo con corazón de león que no se deja intimidar por los símbolos del poder una vez que despierta su espíritu revolucionario" (HI 240). Gómez Viso hace eco del médico de Ibsen: "El pueblo no es ingrato, ni cobarde, ni estúpido" (JAR 105). César Rubio está menos inclinado a considerarse el centro del movimiento: "la única paz del poder, que es moverse y hacer mover a los demás a tiempo con el tiempo" (RU 75).
(b) Ante la traición política, el primer instinto de Gómez Viso y César Rubio es acudir al pueblo: "¡Ingrato es el que le adula porque le tiene miedo; estúpido el que cree que únicamente así lo domestica; hay una manera eterna e infalible de dirigir las multitudes hacia sus verdaderos fines, y es el de comprenderlas y amarlas!" (JAR110) y "No te necesito (a Navarro). Vamos a plebiscitos, pase lo que pase." (RU 85)

 

(3) El elitismo.
Cuando se encuentran acorralados, sin embargo, los protagonistas se refugian en su propia superioridad, definida como una inteligencia nutrida por el saber. Renan propone que en última instancia la fuerza pertenece al más inteligente; añade que "le peuple ne veut rien fonder. Avec le temps, il reviendra soit à vous, soit aux héritiers de vos droits" ("el pueblo no quiere fundar nada. Con el tiempo, volverá a usted o a los herederos de vuestros derechos") (ER 418). Ibsen proclama que "es una vergüenza que los ignorantes y los incompletos tengan el mismo derecho de juzgar y de gobernar que las personalidades aisladas e intelectualmente superiores" (RI 258), y Stockman emite uno de sus más célebres juicios: que "el hombre más fuerte del mundo es el que está más solo" (288) - línea idéntica a la del Doctor Gómez Viso en la pieza de Ramos. Sigue Gómez Viso, juzgando así a las masas: "Es que yo no brindo juguetes, Rogelio, ni modas. ... Los pueblos prefieren el dulce que indigesta a la medicina que cura y el farsante que hace política al estadista que hace patria" (JAR 46-47). César Rubio se enfrenta a Navarro con la famosa línea que hace eco de Gómez Viso: "Sé que puedo hacer bien a mi país impidiendo que lo gobiernen los ladrones y los asesinos como tú ... Que tengo en un solo día más ideas de gobierno que tú en toda tu vida" (RU 83).

(4) La mentira
Concluimos con una correspondencia intertextual esencial: la centralidad temática de la mentira. Los cortesanos de Renan opinan al respecto: Lionardo: "J'ai toujours pensé que, parmi les dix mille grecs de Xenophon, il y avait neuf mille farceurs." ("Siempre he pensado que entre los diez mil griegos de Xenofón, había nueve mil farsantes") (ER 419) Gonzalo extiende la idea: "Il y a aussi l'imposture, qui est un succédané de la force." ("También está la impostura, que es sucedánea de la fuerza.") (ER, 418). Petra, en Un enemigo del pueblo, comenta el predominio de la mentira: "Hay tanta falsedad tanto en el hogar como en la escuela. En el hogar no se debe hablar, y en la escuela tenemos que ponernos de pie y decirles mentiras a los niños" (HI 191). Stockman establece así el simbolismo de la contaminación de las aguas y de la economía del balneario: "El gran descubrimiento que he hecho recientemente es que todas las fuentes de nuestra vida moral están envenenadas y que todo el tejido de nuestra comunidad cívica está cimentado en la tierra pestífera de la falsedad" (HI 252).
En Calibán Rex, el protagonista se defiende afirmando que "Son muchos los que como tú me atacan y fingen defender los 'sagrados derechos del pueblo soberano' ... y no tienen más que desprecio y miedo por esas multitudes que defienden." (JAR 104) Concluye diciendo que "Los pueblos prefieren al farsante que hace política al estadista que hace patria."
Usigli le da a César Rubio un largo parlamento sobre la política mexicana en el que se emplean metáforas fuertes y se desarrolla el motivo del título de la pieza. El profesor, que se ha lanzado a la política bajo la identidad del general, se enfrenta a su antagonista, Navarro:
¿Quién era él? ¿Quién es cada uno en México? Dondequiera encuentras impostores, impersonadores, simuladores, asesinos disfrazados de héroes, burgueses disfrazados de líderes, caciques disfrazados de demócratas, charlatanes disfrazados de licenciados, demagogos disfrazados de hombres. ¿Quién les pide cuentas? (RU 82)
[...]
¿Y quién eres tú para que yo te tema? No soy César Rubio. Pero sé que puedo serlo, hacer lo que él quería. Sé que puedo hacer bien a mi país impidiendo que lo gobiernen los ladrones y los asesinos como tú [...] Tú y los tuyos están probados ya y no sirven [...] están podridos; no sirven para nada más que para fomentar la vergüenza y la hipocresía de México. No creas que me das miedo. Empecé mintiendo, pero me he vuelto verdadero, sin saber cómo, y ahora soy cierto. Ahora conozco mi destino: sé que debo completar el destino de César Rubio. (RU 83)

Usigli y Ramos sitúan la mentira y la corrupción en la conducta política y las condicionan a voluntades, elecciones y acciones humanas, mientras que Ibsen la representa más bien como una abstracción que permea y contamina profundamente a la comunidad, que por implicación es una totalidad inseparable, a diferencia de la polis que representan Ramos y Usigli. El enemigo de la razón, de la ética, de la honestidad, es representado como un peligro para la civilización, como una fuerza bruta, criminal. Si del Calibán de Darío (o de Pelladan), o del Ubu de Jarry, a Medina y Navarro, hay cierto grado de evolución, sin embargo, hay una mayor posibilidad de identificar el Calibán de Renan en los antagonistas calibanescos de Ramos y Usigli, más sutiles, más... políticos, aunque no menos sanguinarios.

Pero también es cierto que Usigli nos presenta un protagonista mucho más complejo que el de Ramos, ya que el hecho de asumir una personalidad fingida y borrar los lindes entre la verdad y la mentira (o entre la verdad objetiva y la subjetiva) le asigna un papel binario, en el que se integran cualidades del Calibán de Renan al idealismo de un Próspero. Esto se puede demostrar con una deconstrucción del nombre de César Rubio. "César Rubio" permite fijar una correspondencia semántica directa con el título de Ramos, que no se refiere a Gómez Viso sino a su antagonista - de hecho, a un personaje conceptual que no aparece en escena sino que mueve y motiva a los personajes concretos: (1) "Rubio" es el apellido de uno de los adversarios en Calibán Rex, pero no parece tener un valor simbólico específico, pero (2) "César" puede leerse como una variación semántica de "Rex" (Ubu Roi, Calibán Rex, "Marius Rex"). El nombre de César Rubio tendría de esta forma una genealogía calibanesca que nos predispondría a ver en él la parte del héroe dispuesto a reconciliar sus ideales con el pragmatismo, alguien en quien el discurso idealista (Gómez Viso, Próspero, Stockman) se conjuga con el utilitario (Calibán y Medina) o el realista (Victoriano, amigo de Gómez Viso). Su nombre y apellido parecen predestinarlo a caer en la impudicia de la política, y, sin embargo, sigue convencido hasta el final de que la voluntad de hacer valer un ideal transforma la mentira en verdad. La ambigüedad de El gesticulador es un logro artístico que distingue a Usigli de Ramos, y es también, por supuesto, la expresión de una etapa de la historia moderna en que para desenmascarar la demagogia el artista y el intelectual no podía desconocer la compleja maquinaria de las instituciones políticas.

 

La línea biográfica
El marco referencial que acabamos de explorar permite destacar la posible influencia textual de la obra de Ramos en la de Usigli, (6) que se acentúa si se establece una relación directa entre Ramos y Usigli, la cual tampoco ha sido explorada (hasta donde me ha sido posible investigarlo). (7) Fue con el objetivo de buscar una resolución para la cuestión de la intertextualidad que emprendí una pesquisa biográfica.
El cotejo de las dos piezas sugiere que comparten más que la deuda común con el hipotexto de Ibsen que ha sido ampliamente reconocida. De acuerdo a la documentación que hemos podido revisar, se hace factible que Usigli conociera la obra de Ramos. (8) Sabemos, por ejemplo, que Ramos leyó la monografía de Usigli sobre el teatro en México, y que Ramos y Usigli se conocieron durante las estadías de aquel en México (en el D.F. en 1932 y entre Veracruz y el D.F. en 1934). El nexo definitivo queda establecido en un núcleo de cartas cruzadas fechadas en 1935 y en el diario de trabajo de Usigli de 1932-1933. (9)
Varios factores nos llevan a deducir que es probable que Usigli conociera las piezas dramáticas de Ramos. Dado lo que nos revelan las cartas, conferencias y artículos de Ramos acerca de su personalidad, es lógico deducir que Ramos le hubiera enviado o entregado una o más de sus piezas de teatro. Por una parte, Ramos no perdía ninguna oportunidad para hacer conocer sus publicaciones y para establecer relaciones con otros escritores por medio de ellas. Además, entre 1932 y 1934 su vida personal estaba en crisis, particularmente en 1932, cuando acababa de renunciar a su cargo consular para distanciarse del régimen de Gerardo Machado y estaba investigando las posibilidades de radicarse en México. (10) Sería lógico deducir que Ramos esperaba, a través de su amistad con Usigli, encontrar formas de reubicarse en ese país, haciendo valer sus cualidades intelectuales y académicas ante el joven mexicano. Es una casualidad interesante que Ramos hubiera publicado Calibán Rex y Tembladera (1916) cuando tenía más o menos la misma edad que Usigli en la época en que se conocieron.
Aun dejando a un lado estas especulaciones circunstanciales, el hecho de que ambos compartían la misma visión de la función social del teatro así como una profunda admiración por Ibsen hace muy probable que a Usigli le hubiera interesado leer - aunque no fuera más que por simple curiosidad - las obras de un dramaturgo que compartía su interés por el naturalismo, y que era, por demás, un hombre estimado en círculos intelectuales mexicanos y cubanos.
Ibsen y el calibanismo se cruzan en la primera pieza de teatro significativa de José Antonio Ramos, en 1914, cuando ya estaba establecido en círculos intelectuales cubanos el prestigio de Rodó y Darío y se conocían las propuestas artísticas de Ibsen. Por medio del naturalismo se acercó Ramos a la figura conceptual de Calibán, no ya en el marco problemático del panamericanismo y la necesidad de América Latina de definirse en relación al expansionismo estadounidense - central para Darío y Rodó -, sino más bien en el marco de la evolución de las nuevas clases políticas de la república cubana. Es esta exploración la que lleva a Ramos a entroncar con Darío y Rodó en la pieza de Renan. (11)
Consideramos fundamental que se incluya la obra de Ramos en el acervo bibliográfico del calibanismo y que se rehabilite la influencia de Renan en la construcción del Calibán moderno en Latinoamérica y el Caribe. Esperamos que sea favorablemente aceptada nuestra hipótesis de que Calibán Rex puede ser reconocido como un hipotexto más de El gesticulador (además de Un enemigo del pueblo), y el Caliban de Renan, como hipotexto secundario. De afirmarse el nexo entre la pieza de Ramos y la de Usigli en el contexto de la genealogía de Calibán, puede vincularse a Usigli con las investigaciones del calibanismo en relación a esa otra corriente fundacional del debate identitario hispanoamericano, la polaridad civilización-barbarie. (12)

 

OBRAS CONSULTADAS

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Castillo-Feliz, Guillermo I. "Renan, Rodó y Montaner: Tres 'tempestuosas' perspectivas sobre Ariel y Caliban," Secolas Annals. 22:17-22. 1991 Mar Statesboro, GA ILL 26-6
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JÁUREGUI, CARLOS (ed. y notas). (Rubén Darío) "El triunfo de Calibán (1898)," Revista Iberoamericana. 64(184-185):451-55. julio-diciembre 1998. Pittsburgh, PA (see entry above)
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SÁNCHEZ-GREY ALBA, ESTHER. "Presencia de Ibsen en Caliban Rex de José Antonio Ramos," in Festschrift José Cid Pérez. Gutiérrez de la Solana, Alberto (ed.); Alba-Buffill, Elio (ed.). 369 p. Senda Nueva de Ediciones New York; 95-101, 1981

 

NOTAS

* Universidad de Mount Allison.

1. Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación más amplio sobre la compleja figura de José Antonio Ramos y Aguirre (Cuba, 1885-1946). Volver

2. Ver, por ejemplo, Gordon Brotherston, "Arielismo and Anthropophagy: The Tempest in Latin America." pp 212-219. The Tempest and its Travels. Hulme, Peter (ed. and preface); Sherman, William H. (ed. and preface); Kirkpatrick, Robin (prologue). Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 2000. Volver

3. Gilles Deleuze y Felix Guatari, "Les personnages conceptuels," p. 60-81, Qu'est-ce que la Philosophie. Paris, 1991. Gayatri Spivak emplea el término "concepto-metáfora"; ver su "Subaltern Studies. Deconstructing Historiography" (1985), p. 198, en Other Worlds. Essays in Cultural Politics. New York, 1987. Volver

4. En una conferencia que compartió con Roque Sáenz Peña y Paul Groussac en Buenos Aires con motivo de la invasión por Estados Unidos de las últimas colonias españolas, lo identificó como "el hombre que devora vivas las gentes ... el descuartizador, el condestable de la crueldad" (citado en El Tiempo, 20 de mayo de 1898). Aunque sigue conceptualmente una de las perspectivas de José Martí sobre el Coloso del Norte (Obras Completas, X, 53, p. 199), ofrece una representación muy gráfica de un Calibán-caníbal extremo. Volver

5. Las abreviaciones que se usarán a continuación son: ER: Renan, Caliban (1878), en Oeuvres complètes (1947), HI: Ibsen, An Enemy of the People (1883), con traducción mía de las citas en un edición en inglés; JAR: Ramos, Calibán Rex (1914) (edición citada: La Habana, 1976); RU: Usigli, El gesticulador (1938), en la edición de 1963 (Appleton-Century-Croft, ed. Rex Ballinger). Volver

6. Aunque las principales correspondencias que estudiaremos son entre El gesticulador y Calibán Rex, señalaremos también algunas entre El gesticulador y Tembladera. Volver

7. Esto se debe tal vez a que esta pieza de Ramos es poco conocida, o a que se la haya estudiado muy poco fuera de los círculos académicos y literarios cubanos, o porque los estudios de los orígenes de El gesticulador se han inclinado hacia otras influencias internacionales, además de las mexicanas. Volver

8. El Fondo Ramos en el Instituto de Literatura y Lingüística de La Habana y el Fondo Usigli en la Biblioteca de la Miami University of Ohio. Estoy muy agradecida a las archivistas de ambas instituciones por haberme permitido consultar sus colecciones, donde se encuentran las cartas que intercambiaron Usigli y Ramos. Volver

9. Existe evidencia indirecta en una carta de Juan Marinello a Rodolfo Usigli, diciembre 17, 1933 (Fondo Usigli de los Archivos de Miami University of Ohio, Caja 25, Carpeta 4/34) en la que el intelectual cubano se refiere a "aquella noche inolvidable con Jorge (Jorge Juan Crespo?), Rufo (López Fresquet) y José Antonio Ramos". La relación de Usigli con Cuba se evidencia además en una carta escrita por Usigli a una Mrs. Isaacs, con fecha 4 de enero de 1934, en la que el mexicano habla de su paseo por La Habana: "while driving around Havana".
Más significativas son dos alusiones directas hechas por Rodolfo Usigli a Ramos en Voces. Diario de trabajo (1932-1933). México, D.F., Seminario de Cultura Mexicana, 1967, pág. 79 (una referencia a Ramos) y pág. 105: 'El escritor cubano José Antonio Ramos elogiaba hoy mi libro del teatro. "Obra que parece de viejo," me dijo. Tengo la vanidad necesaria para creer en la bondad de su intención."'
En el Fondo Usigli, igualmente, se encuentra una carta de Ramos fechada en La Habana, 29 de noviembre de 1935. En el Archivo Literario Ramos, en el Instituto de Literatura y Lingüística de Cuba, están dos cartas de Usigli, fechadas en New Haven, Connecticut (donde Usigli y Xavier Villaurutia se hallaban, becados por la Fundación Rockefeller), a 10 de octubre de 1935 (200/833) y a 9 de enero de 1936 (200/834). En estas cartas se menciona la novela Caniquí de Ramos, de publicación reciente, que Ramos le ha enviado a Usigli. Hasta el momento no he descubierto menciones directas hechas por Usigli a las obras teatrales de Ramos.
Usigli le escribió a Ramos desde New Haven, donde se hallaba en esos meses, junto con Xavier Villaurutia, invitado por la Universidad de Yale con una beca Rockefeller. En esa época Ramos ocupaba el cargo de cónsul de Cuba en Veracruz; una de las cartas la escribió desde La Habana, donde se encontraba después de una intervención quirúrgica en el D.F. Es menester recordar que Ramos conocía bien los Estados Unidos, ya que fue cónsul cubano en Nueva York y Filadelfia entre 1919 y 1932), y durante esos años estudió el teatro y la literatura estadounidenses; también es importante notar que al dejar el cargo consular en Filadelfia en 1932 prefirió pasar directamente a México antes que regresar a Cuba bajo la dictadura de Machado. En México reanudó su amistad con intelectuales mexicanos, como Jorge Juan Crespo, y con exilados cubanos. Usigli ejercitaba entonces la docencia y publicaba ya escritos críticos y sus primeras obras dramáticas. Volver

10. En su resumen del expediente consular de Ramos, Enrique Gay Calbó proporciona datos y fechas: Ramos vivió en México desde julio de 1932 hasta febrero de 1934, como persona particular. Es reingresado el 27 de febrero de 1934 como cónsul en Veracruz. Realiza dos importantes viajes a Cuba: en 1934 completa su carrera de Filosofía y Letras y se gradúa de la Universidad de La Habana, y en 1935 vuelve a La Habana a convalecer de una grave intervención quirúrgica en México. Regresó a Veracruz y allí permaneció de septiembre a diciembre de 1935. En su carta a Usigli, fechada en La Habana, Ramos alude a la operación y a su intención de regresar al puesto consular en Veracruz. Volver

11.La problemática de la influencia directa no se deja resolver en el caso de Calibán Rex. Ramos conocía a Rodó y Darío a través de sus escritos y, en el caso de Darío, por el impacto que tuvo su visita a La Habana. (No existe ninguna mención de Ramos entre los escritores que acudieron a saludar a Darío durante su estadía, pero sí aparecieron varios artículos y noticias sociales sobre él. En el Fígaro, en la cual era colaborador Ramos, publica Darío un artículo y aparece un artículo de Rodó.) El Profesor Rodney Marsh también asevera que la pieza de Renan influyó más en Rodó que la de Shakespeare (aunque no presenta evidencia concreta de ello), lo cual invitaría a una relectura de Ramos (Calibán Rex) a la luz de Rodó a la par que de Renan. Volver

12. Beatriz Rizk, en su ensayo "La desarticulación del autoritarismo como forma de vida: doscientos años de cuestionamiento y desafío teatral" (de publicación próxima), explora esa relación, señalando una de las primeras piezas teatrales argentinas contestatarias, "El gigante Amapolas" de Juan Bautista Alberdi (1842), como precursor de Ubu Roi. Rod Marsh vincula el arielismo y el calibanismo con el tropo civilización-barbarie, en una conferencia en la Universidad de Cambridge sobre la presencia de Ariel y Calibán desde Rodó hasta Retamar; el Profesor Marsh resalta la importancia para las narrativas nacionales latinoamericanas de "enfatizar la modernidad de la nación, de catalogar y hacer hincapié en lo específico y en las cualidades de su civilización y de narrar las derrotas de la barbarie" ("Lecture on Ariel (1900) and Calibán (1971)". Ver www.mml.cam.ac.uk/spanish/SP5/nation/Ariel-Caliban.htm. Volver

 

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