Por Víctor Bogado*
Nuestra ciudad capital, Asunción, cuenta con diez salas teatrales y varios auditorios donde se presentan anualmente cerca de treinta espectáculos teatrales, incluyendo teatro dramático, ópera, zarzuela, teatro para niños, teatro-clown y de muñecos, teatro aéreo y obras de teatro popular.
La presente nota tiene por fin comentar los que, en opinión de quien esto suscribe, fueron los seis espectáculos más destacados de nuestra cartelera correspondientes al año 2006.
BALANCE DEL AÑO
En la categoría de teatro infantil creemos que lo mejor ha sido La Bella y la Bestia, versión del cuento del mismo nombre que fue llevado a la pantalla ancha por Walt Disney. Equipo Teatro encargó la dirección del montaje al titiritero chileno Tito García quien realizó un buen trabajo de dirección integrando máscaras, luz negra, música, danzas y canciones. En los roles protagónicos: Loreley Anderson (como Bella) y Miguel Ezcoz (El Príncipe). William Valverde como el padre y Juan Carlos Moreno como el relator.
En la categoría de teatro popular, el espectáculo más logrado fue Mbokaja ha´eño (en lengua guaraní significa Cocotero solitario) de Arnaldo Romero Valdovinos, montado por el Grupo Real de Teatro bajo la dirección de Roger Bernalve. La obra fue escrita en los oscuros tiempos de la dictadura. En ella se plantea el conflicto entre dos hermanos, uno que vuelve del exilio y otro simpatizante de las ideas del gobierno. En la época de su estreno, a mediados de la década de los años setenta, la obra pasó un poco inadvertida porque fue montada en un local alejado del centro y por temor a represalias. La pieza es un valiente alegato en contra de la dictadura y sus secuelas: el exilio por causas políticas y económicas, la miseria, la persecución y discriminación política, etc.
En el área del teatro dramático, el espectáculo más logrado, a mi juicio, fue la comedia negra Harold y Maude (basada en la película norteamericana del mismo nombre escrita y dirigida por Colin Higgins en 1971) presentada por Arlequín Teatro. Dirigida por José Luis Ardissone, con una escenografía minimalista y funcional, cuenta con la participación protagónica de Maria Elena Sachero como la Condesa Matilde y Rodrigo Menéndez como Harold. Se trata de un romance entre una dama de ochenta años y un joven de veinte. La dupla Sachero-Menéndez nos deleitaron con sus roles muy bien encarados. En el reparto se destacan, además, Lourdes García como la madre, y Jessica Tabackman que interpreta a las tres candidatas para novia de Harold. Harold y Maude ha sido invitada a dos festivales internacionales: los Temporales Teatrales de Puerto Montt y el ZICOSUR de Antofagasta (ambos en Chile).
Espectáculo también sobresaliente, y de orientación antropológica, fue el Oedipais (Hijo del mar agitado) adaptación de Edipo Rey, de Sófocles, realizada y dirigida por Wal Mayans para su grupo Hara Teatro. El montaje combina danza, percusión, proyecciones, y utilizó todos los espacios del Centro Cultural Español Juan de Salazar: la biblioteca, la sala de exposiciones, el jardín, las paredes e inclusive los techos para contarnos su versión del mito griego de Edipo. La adaptación de la tragedia de Sófocles pretende ser "una ruptura del sentido real de lo representado", según el director Mayans, quien se formó con Eugenio Barba en el Odin Teatret de Dinamarca. El espectáculo es una interesantísima propuesta plástico-corporal que rompe con las formas tradicionales del teatro que se hace en Paraguay.
Otras dos propuestas que representan un teatro de vanguardia merecen destacarse por su alta calidad. La primera, Doble Juego, escrita y dirigida por Mario Santander. La obra gira sobre la búsqueda de una tierra donde sus protagonistas - dos mujeres y cuatro hombres - puedan realizarse como personas. Van hacia el mar, en un viaje en bus, alejándose de nuestra mediterraneidad atrasada ("Huir siempre hacia el mar...", como dice uno de sus personajes). Y durante ese viaje cada personaje nos va contando sus problemas y sueños. Y por fin llegan al mar... con el trabajo actoral excelente de Luis Gutiérrez, Natalia Nebbia, Mirtha Villalba y Fernando Abadie. Hay, además, una integración de varios medios como la música, el video, las luces, el sonido. Es este - sin lugar a dudas - uno de los mejores montajes escénicos realizados por Santander.
PERDIDAS EN EL INSTANTE PERFECTO
Dentro del rubro experimental dedico comentario aparte a una puesta de valor excepcional: Perdidas en el instante perfecto, adaptación libre del clásico Dos perdidos en una noche sucia, del dramaturgo brasileño Plínio Marcos (1935-1999).
En 1966 Marcos estrena en Sao Paulo su obra maestra: Dois perdidos numa noite suja que - en opinión de quien esto escribe - compone con Navaja en la carne (1967) y Barrela su gran trilogía marginal.
Se trata de un drama social-existencial en que el autor refleja el mundo de dos seres marginales, Paco y Toño. Ellos han emigrado a la gran ciudad-jungla de cemento en busca de trabajo. Toño necesita un par de zapatos para asistir a la entrevista de un empleo y decide, junto a su compañero de cuarto del mísero hotel donde viven, asaltar a alguien en la calle y así poder comprar el calzado. Una vez logrado el objetivo del asalto, Paco intenta sacarle a Toño todo lo que obtuvieron, incluyendo el par de zapatos. Toño acaba matando a Paco para poder cumplir su sueño: ir a la entrevista calzando un par de zapatos decentes.
La adaptación de la dupla Irún-Chamorro nos presenta a dos mujeres paraguayas que viajan a España en busca de algo que las ayude a realizarse como seres humanos, como lo vienen haciendo miles y miles de paraguayos que emigran a la Madre Patria (se calcula en cerca de 50,000 el número de paraguayos esparcidos por toda la geografía española, de los cuales cerca de 15.000 son indocumentados). Sin embargo, esta versión o adaptación es exactamente como reza el programa de mano: libre, porque toma como punto de partida esos dos personajes pero añade una serie de nuevos elementos que hacen de este texto una recreación de la idea original. Los adaptadores incluyen más de un cincuenta por ciento del texto dramático escrito por ellos mismos, a lo que se suma el rico texto espectacular creado por las dos jóvenes actrices de la mano del experimentado director y todo el equipo de creativos.
Nos atrevemos a decir que Perdidas en el instante perfecto, con tres cuartos - o tal vez más - de texto creado por los autores Irún-Chamorro, se convierte en una obra autónoma, que es más bien un homenaje a la dramaturgia de Plínio Marcos. (Recordemos que una adaptación, desde el punto de vista legal, debe tener el cincuenta por ciento del texto original para ser considerada tal; ahora bien, al sobrepasar esa proporción el texto empieza a adquirir un nuevo estatus y podría considerarse que, partiendo de Marcos, se convierte en obra autónoma en relación con el original brasileño. (Como aquellos personajes pirandellianos que, aunque fueron creados por su autor, adquieren después vidas propias.) Y creemos honestamente que Perdidas... podría estar en esa categoría.
La dupla de jóvenes actrices Paola Irún-Sonia Amarilla realiza un verdadero duelo actoral. Ya conocíamos de la primera por su labor en Doña Rosita la soltera, de Lorca; en Cenizas desolladas, de Gloria Muñoz; El Zoológico de Cristal, de Williams, y otras, realizadas en Arlequín Teatro. Y hoy Paola Irún confirma con esta obra sus grandes dotes histriónicas. Sonia Amarilla ya había hecho otro rol protagónico el año pasado: la Yocasta en Oedipais. Estas dos figuras conforman una nueva generación para el recambio actoral en la escena paraguaya y podría agregarse que la labor interpretativa de Sonia Amarilla ha resultado la gran revelación del teatro paraguayo del presente año.
El director, Tito Chamorro (egresado de la Escuela Municipal de Arte Escénico), es hoy, sin duda, el más talentoso director nacional. De sus brillantes montajes recordamos Ramona Quebranto, King Kong Palace de Marco Antonio de la Parra, Kalaito Pombero con Actores Asociados, entre otros títulos por él dirigidos.
En el presente montaje Chamorro desarrolla las ideas de Antonin Artaud - el teatro de la crueldad - para mostrarnos ese mundo lúgubre y hostil de la lucha de dos mujeres perdidas en su intento por escapar de la pobreza y la marginalidad. Ritmo sostenido durante los ochenta minutos del espectáculo, integración de luces, música, la escenografía, vestuario, performance, poemas, proyecciones...
Ricardo Migliorisi diseñó un espacio escenográfico muy apropiado para la obra, pues es casi minimalista. Es muy acertada la solución espacial que brinda este arquitecto y talentoso plástico Migliorisi. Las composiciones musicales urbanas de Diego Serafini y Rodrigo Ferreiro están en total armonía con la propuesta escénica del director Chamorro.
Las luces del conocido artista Alberto Castillo crean la atmósfera requerida. Igualmente se integra el vestuario. El uso de proyecciones integradas al conjunto descrito convierte el evento en una especie de espectáculo multimedia total.
CONCLUSIONES
Cuando ya terminaba el año pudimos apreciar un espectáculo para la memoria, que no tiene fisuras ni desperdicios. Una puesta en escena que retrata una realidad dolorosa para todo paraguayo de bien, cual es la emigración por razones socio-económicas. En esta adaptación, Toño no mata a Paco para lograr su objetivo. El final es coherente con una frase que alguna vez dijo Plínio: "La esperanza es la presencia de Dios en los hombres".
Hay que destacar que el apropiado texto de la dupla Irún-Chamorro posee una gran vigencia en la actual coyuntura social paraguaya. Por todo esto nos atrevemos a augurar que será considerado como el mejor espectáculo teatral del año 2006 en Asunción. Y ojalá pueda ser visto en escenarios internacionales como una muestra notable de lo que se hace en nuestro país.
* Teatro Universitario de Asunción