Sumario

Editorial

Hacer teatro hoy

La escena
iberoamericana


Separata

Investigar el teatro

ARGENTINA-POLONIA. EFECTO GOMBROWICZ

Por María Fernanda Pinta

 

NOTAS (AUTO)BIOGRÁFICAS
Germán García señala: "Es sabido que Gombrowicz vivió algunas décadas en la Argentina, que fue un hombre de amistades diversas y de insolencias legendarias, pero es menos sabido que entre nosotros faltan comentarios y críticas sobre su obra."1
Efectivamente, se conoce la biografía y la obra de Witold Gombrowicz: nace en Polonia en agosto de 1904, allí publica "Yvonne, princesa de Borgoña" y "Ferdydurke". En 1939 viaja a Argentina, donde permanece María Fernanda Pintahasta 1963. Aquí escribe gran parte de su obra que incluye novelas, obras de teatro, cuentos y un extenso diario personal ("El casamiento", 2 "Trasatlántico", "La seducción" 3, "Opereta", "Cosmos", "Bakakai", "Diario",4 entre otros). Muere en 1969 en Vence, Francia, reconocido por la crítica europea.
Gombrowicz dice de su llegada a la Argentina:
Perdido en este país, entontecido y aplastado por los acontecimientos europeos, vagaba por las calles sin ganas de hacer nada, o bajo una mesa de café, lloraba amargamente; me alejé por completo de las letras, y sólo debo a mi feliz inclinación hacia el infantilismo el que, a pesar de toda índole de desastres y humillaciones, lograra conservar un grano de alegría.5
Hasta aquí un rompecabezas incompleto, algunas notas sobre la "legendaria" (auto)biografía de Gombrowicz. Notas que permiten vislumbrar, sin embargo, cierto efecto de Gombrowicz en Argentina y de Argentina en Gombrowicz. Las observaciones de García abren un desafío: reflexionar acerca de su obra. Reflexión que implicará, en este caso, una mirada sobre la producción teatral y cinematográfica que Gombrowicz continúa suscitando en nuestro país.


EL "AÑO INTERNACIONAL DE GOMBROWICZ"
"El casamiento"; "Ivonne, princesa de Borgoña" y "Opereta" han sido llevadas a escena desde la década del 60 y continúan en la cartelera porteña hasta la actualidad. Jorge Lavelli estrena, en París, "El casamiento" (1963) e "Yvonne, princesa de Borgoña" (1965). Esta última también la estrena en Buenos Aires, en el Teatro General San Martín, en 1972. En 1981, en la misma sala de Buenos Aires, Laura Yusem dirige una versión de "El casamiento".6 Entre el 2000 y el 2001 se realizan dos creaciones colectivas: "Ivonne", 7 en el Centro Cultural Recoleta y "Noches polacas",8 en el Club Polaco.
En el 2004 el gobierno de Polonia declara el "Año Internacional de Gombrowicz " con motivo del centenario del nacimiento del escritor. Durante este año y el 2005, "Opereta" es llevada a escena por Adrián Blanco, en El Club del Bufón y Oscar Strasnoy estrena en el Centro de Experimentación del Teatro Colón "Geschichter/La Historia", basada en dicha obra. "Yvonne, princesa de Borgoña" tiene dos nuevas puestas: una, por Pablo y Carolina Adamovsky y otra, por El Grupo Zona Roja, con dirección de Uriel Guastavino. Por su parte, Gonzalo Martínez realiza una versión teatral de "La pornografía". Estas dos últimas obras continúan en cartel en Beckett Teatro y en el Espacio Callejón respectivamente. En el 2005 se realiza en el MALBA un ciclo de películas entre las que se exhibe "Gombrowicz, o la seducción. (Representado por sus discípulos)" realizada por Alberto Fischerman en 1986.9

 

LA INMADUREZ Y LA IDIOTEZ EN ESCENA
¿No habéis visto - pregunta Diderot - a un niño que avanza tras una máscara espeluznante de viejo que le oculta de la cabeza a los pies? Bajo esa máscara se ríe de sus pequeños compañeros, a los que el terror pone en fuga."10
La entrada de Ivonne al palacio abre las escenas de la fealdad, de la idiotez, de la locura y del crimen ocultos detrás de las máscaras aristocráticas de la familia, y pone en crisis su orden y sus jerarquías ("Ivonne", Centro Cultural Recoleta, 2000). Gombrowicz señala:
Uno de mis amigos que se llevaba mal con una de sus tías - quien como guardiana y protectora había condenado públicamente sus esponsales con una señorita no lo suficientemente bien -, se buscó una mujer callejera, que no se presentaba nada mal, le enseñó unas cuantas lecciones de las llamadas maneras de los salones y la introdujo bajo un nombre falso en el salón de la tiíta. La cortesana se comportó perfectamente [...] pero resultó que tenía demasiados conocidos entre los señores allí presentes, lo cual provocó pavor, pánico, y el pánico, escándalo.11

Es el príncipe quien introduce a Ivonne en el palacio como su prometida, por identificación, fascinación o provocación al orden familiar. Las motivaciones no tienen importancia; en cambio, "el asunto del acto es fundamental desde el comienzo, puesto que existen en Witold Gombrowicz impulsos y deliberaciones al respecto pero ninguna 'motivación' ": "¡Sólo el acto saca toda la locura de la locura!" ("Ferdydurke")".12 La sola presencia de Ivonne, su silencio, su fealdad y su idiotez devuelve a cada uno de los miembros de la familia su propia otredad vergonzosa y escandalosa. Y ante el escándalo de la locura, un último acto fundamental: el crimen de Ivonne.
El otro - el otro sí mismo de la amistad y cualquier otro - tiene poderes captativos especiales. El alter ego aparece incluido/excluido con relación al ego: ser y ser captado por el otro es la misma cosa, en tanto el ser mismo se capta como otro. El sujeto aparece aliado y alienado a esa alianza donde la alteridad del otro, por el juego de la identificación, es simultáneamente la alteridad en el sujeto mismo.13
La entrada del hombre joven a la casa de campo es, a la vez, su entrada a la "edad de la razón" ("La pornografía", Espacio Callejón, 2006); característica que lo vincula a otro personaje de Gombrowicz:
Si uno se considera inmaduro [...] nadie lo va a considerar maduro. La edad de la razón se evoca en "Ferdydurke" desde la primera página. Se tiene treinta años, pero no se tiene [...] la cara que se elige. La cara - también llamada rostro o jeta - es el límite de la libertad. Por eso los cuerpos son injustos, por eso serán siempre ajusticiados por la "historia" aunque sea en la inocua forma del tiempo.14

La entrada a la razón le exige al hombre joven una identidad definida y definitiva; los jóvenes, en cambio, perturban su identidad sexual con juegos en los que se intercambian los roles masculino/femenino. A propósito de "Opereta", García señala que "La identidad sexual es puesta entre paréntesis para mostrar de qué manera siempre se 'es' un travestí, alguien que asume su posición sexual a partir de una exterioridad".15 La desnudez del hombre joven en la escena final (otro tópico de "Opereta"), cierra una trayectoria que comienza con la máscara con la que llega a la casa de campo. Son los hombres maduros y los jóvenes los que finalmente otorgan sentido a una madurez que él se resiste a aceptar. Gombrowicz comenta sobre "La pornografía":
Me parece que la fórmula de que el hombre quiere ser Dios [...] expresa muy bien las nostalgias del existencialismo, en tanto que yo le opongo otra, desaforadamente desmedida: el hombre quiere ser joven. [...] "La seducción" se origina en "Ferdydurke" [...] El hombre, según este libro lo describe, es un ser opaco y neutro, que necesita llegar a expresarse mediante ciertas actitudes y comportamientos, gracias a los cuales cobra externamente - para los demás - mucho más contorno y precisión que los que posee en su interioridad [...] No le queda más remedio que acomodarse interiormente a aquella máscara, como si fuera realmente lo que parece ser.16

Jerzy Jarzebski señala:
¿Qué son los dramas de Gombrowicz? Como libros de lectura, son una nueva forma de su autobiografía espiritual, un manojo de "relatos" a los que no perjudica su falta de narratividad, pues se inscriben en una trama superior por otro lado conocida, formada a lo largo de toda la creación de su autor. [...] Por otra parte, como partituras teatrales, las obras de Gombrowicz trascienden las limitaciones biográficas e históricas, se convierten en escenarios de un drama permanentemente reescrito del individuo y de la sociedad [...] El libro que el lector tiene en sus manos [...] contiene textos escritos desde su origen como drama y definidos desde el comienzo como "teatrales". Pero, recordemos, "teatral" es todo Gombrowicz, pues toda la vida humana e interhumana constituye para él un teatro de máscaras y de roles".17

"Ivonne" y "La pornografía" llevan a escena, como señala Jarzebski, el drama del individuo y de la sociedad (representada en la familia real). Ante el desequilibrio del grupo familiar, ante la indefinición de la identidad individual, se impone un orden y una forma, se imponen máscaras y roles.

 

LA ARGENTINA DE GOMBROWICZ
Gombrowicz dice: "No voy a ocultar que cuando la suerte fue echada y Argentina se cerró de golpe sobre mí, fue como si por fin me oyera a mí mismo".18
Parecería que, como el palacio y la casa de campo, Argentina representa la alteridad del otro y simultáneamente la alteridad en él mismo. Encuentra, entre las muchas diferencias con su país de origen, puntos de contacto.
Por ejemplo: Polonia no es una potencia ni Argentina tampoco, de lo cual se deriva una consecuencia bastante importante, a saber, que ni Polonia ni Argentina están interesadas en crear una fuerza colectiva. No tenemos ninguna posibilidad de dominar ni de transformar el mundo, de modo que podemos ahorrarnos muchas estupideces que sirven para este fin.19
Argentina despierta, como el joven en el adulto, la fascinación de lo inmaduro:
¿Qué es la Argentina? ¿Es acaso una masa que no llega a ser pastel, es sencillamente algo que no ha logrado definir del todo o es una protesta contra la mecanización del espíritu, un gesto desdeñoso e irritado del hombre que rechaza la acumulación demasiado automática, la inteligencia demasiado inteligente, la belleza demasiado bella, la moralidad demasiado moral? En este clima, en esta constelación podría surgir una protesta verdadera y creadora contra Europa.20

Y como el idiota frente al statu quo social, en la Argentina:
[...] se puede alborotar, armar jaleo, parrandear, porque no hay lógica ni responsabilidad, al país no le pasará nada, es tan grande [...] De modo que florece la demagogia, la fraseología, el sonambulismo político, las ilusiones, las teorías, las fobias, las manías, las megalomanías, los caprichos, y, sobre todo, la más normal y corriente "viveza" (¡a pillo, pillo y medio!). La vida fácil produce bonachonería, sentimentalismo, ingenuidad, falta de espíritu práctico, fragilidad: molicies en las que poco a poco uno se ahoga. Pero la sociedad amenazada por la molicie al sentir el peligro quiere defenderse: de ahí esa famosa "viveza", esa pequeña picardía que ha de adaptarlos a la vida, acercarlos de nuevo a la realidad, salvarlos de la vergüenza, de la credulidad y de la ingenuidad.21

La historia adquiere sentido en la forma del relato y la historia de Gombrowicz adquiere la forma de su "Diario". En estos relatos, un escenario entre otros: Argentina, lugar donde Gombrowicz ensaya su propia "protesta verdadera y creadora contra Europa", lugar donde Gombrowicz "por fin" se oye a sí mismo. Así comienza su relato: "Lunes Yo. Martes Yo. Miércoles Yo. Jueves Yo. Viernes Yo".22 Es en la mirada seducida por "esa masa que no llega a ser pastel" y en la voz provocadora de ese "Yo" omnipresente donde Argentina adquiere una forma, la del mito. "Argentina, para los polacos, es un mito. ¿Y qué es un mito? Es algo ideal, algo lejano e inalcanzable. [...] Las palabras Buenos Aires, en la Varsovia de invierno, tienen sabor a dulce de leche".23

 

EPÍLOGO: EL HOMENAJE DE LOS DISCÍPULOS
En el filme de Fischerman, cuatro discípulos evocan a la figura del maestro en una mesa de café, espacio de la representación y del recuerdo que remite a aquel otro espacio, el de la confitería Rex, punto de encuentro de Gombrowicz y estos amigos. Imitando su voz y sus gestos, reflexionando sobre su obra, recordando las pruebas y las polémicas que mantenían con Gombrowicz, se dibuja un perfil del escritor y, a la vez, las huellas que él dejó en esos hombres. "¿Qué hubiese sido de nosotros si no hubiésemos conocidos a Gombrowicz?", se preguntan en un momento. ¿Qué hubiese sido de Gombrowicz? ("No voy a ocultar que cuando la suerte fue echada y Argentina se cerró de golpe sobre mí, fue como si por fin me oyera a mí mismo.") Entre el hombre maduro y el joven, entre el maestro y el discípulo, se representan los roles y las escenas, cada uno ocupa su lugar por la mirada del otro, cada uno representa la alteridad del otro y de sí mismo; se observa y se seduce, se observa y se aprende, se observa y se oye a sí mismo.

Chip chip me llama la chiva
mientras copiaba yo al viejo rico
¡Oh! rey de Inglaterra
viva el nombre de tu esposa Federico.

"Chip chip me llama la chiva..." es la prueba que Gombrowicz (representado por uno de sus discípulos) le propone a su amigo Goma. "Tendrías que haberte reído" le señala otro amigo. Comienza una pequeña polémica sobre la diferencia entre "me llama" o "me dice" la chiva; juegos de palabras, hipótesis sobre el significado y el sentido. "Chip chip..." repite una y otra vez, en polaco, la niña mientras mira al espectador. "La repetición crea el mito", se dice con respecto a la leyenda que Gombrowicz construía sobre sí mismo. "Chip chip..." se escucha, nuevamente, la voz de la niña mientras el barco se aleja; como aquel que una vez llevó a Gombrowicz de vuelta a Europa. "Chip chip me llama la chiva...", abre un juego, convoca la risa, evoca el seductor estilo de Witold Gombrowicz.

 

NOTAS

1 García, Germán, "Gombrowicz. El estilo y la heráldica". Buenos Aires, Atuel, 1992, p.7. Volver
2 También "La Boda". Volver
3 También "La pornografía". Volver
4 "El 'Diario' nació por una generosa invitación de la revista del exilio polaco Kultura que se editaba en Francia. Se trataba de una columna de aparición irregular que Gombrowicz comenzó en 1953 y siguió escribiendo hasta poco antes de morir". (Nueva edición: 'Diario. 1953-1969', Barcelona, Seix Barral, 2005.) "Gombrowicz en esos pocos años - década del 60 del siglo pasado - en que fue famoso, se avino a extraer páginas del 'Diario', que ya tenía tres tomos, y, alivianándolo, compuso un 'Diario argentino' (Buenos Aires, Adriana Hidalgo Edit., 2001). Morán, Carlos, Gombrowicz por sí mismo, en http://www.lacapital.com.ar/2006/02/19/seniales/noticias_270103.html Volver
5 García, op. cit., p.23. Volver
6 Cosentino, Olga, "El desarraigo como elección", http://www.clarin.com/diario/2004/06/27/espectaculos/c-00611.htm Volver
7 Versión de "Ivonne, princesa de Borgoña", también exhibida en el Sportivo Teatral y en el Centro Cultural Ricardo Rojas. Volver
8 Sobre textos de tres escritores polacos: Bruno Schulz, Stanislaw Witkiewicz y Gombrowicz. De este último se ponen en escena los textos "La Vaca, la Naturaleza, la Noche" (del "Diario 1") y "Filimor forrado de niño" (de "Ferdydurke") Volver
9 En http://www.malba.org.ar/web/t1registro.php?d=315 Volver
10 Diderot, "La paradoja del comediante", en Escritos filosóficos. Madrid, Ed. Nacional, 1975. Citado en García, op. cit., p. 8. Volver
11 Gombrowicz, W., "Recuerdos de Polonia". Barcelona, Ed.Versal, 1985. Citado en García, op. cit., p.76-77. Volver
12 Ibid., p.79. Volver
13 Ibid, p. 31. Volver
14 Ibid., p. 38. Volver
15 Ibid., p.61. Volver
16 Gombrowicz, W., Prólogo de "La seducción (La pornografía)". Barcelona, Seix Barral, 1969. Citado en García, op. cit., p.64-65. Volver
17 Jarzebski, Jerzy, "El drama del Ego en el drama de la historia", Prólogo de "Dramas, de Witold Gombrowicz", Teatro al Sur. Buenos Aires, 2004, número 26, p. 39-49. Volver
18 Gombrowicz, W., "Diario (1953-1969)", op. cit. Citado en Morán, op. cit. Volver
19 Gombrowicz, W., "Peregrinaciones argentinas". Madrid, Alianza Tres, 1987. Citado en García, op. cit., p.114. Volver
20 Gombrowicz, W., "Diario argentino". Buenos Aires: Sudamericana, 1967. Citado en http://www.clarin.com/diario/2004/06/27/espectaculos/c-00611.htm Volver
21 Gombrowicz, W., "Diario 2". Madrid, Alianza, 1989. Citado en García, op. cit., p.103. Volver
22 Gombrowicz, W., "Diario 1", Madrid, Alianza, 1989. Volver
23 Kalicki, Rajmund, "Tras las huellas de Gombrowicz", Teatro al sur. Buenos Aires, 2004, número 26, p.36-38. Volver

Volver arriba