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BOLIVIA. CÉSAR BRIE Y EL TEATRO DE LOS ANDES

por Fernanda Hrelia


Hubo una época en la que hacer teatro significaba principalmente ponerse a experimentar todas las posibilidades que el lenguaje escénico permitía e incluso añadir a este lenguaje formas y posibilidades nuevas para que el teatro fuera efectivamente el medio y el lugar más apropriado para que diferentes humanidades se encontraran y comunicaran algo de sí. Parece obvio, ya que el teatro siempre tendría que ser eso, más allá del momento histórico y de las tendencias, pero hoy en día trayectorias humanas y artísticas como las de César Brie no nos dejan de sorprender y fascinar por el auténtico espíritu de búsqueda que las animan.
El libro "César Brie e il Teatro de los Andes", cuidado por Fernando Marchiori y publicado por la editorial italiana Ubu Libri, recoge de manera exhaustiva unos cuantos materiales que documentan el riquísimo recorrido artístico del argentino César Brie, llegado a Italia en 1974 como integrante de la Comuna Baires, grupo que sin embargo deja en 1975 para constituir el Collettivo Teatrale Tupac Amaru, nacido en un barrio periférico de Milán cuando el teatro tenía como objetivo relacionarse políticamente con el contexto y proponerse como espacio de reflexión, autoformación, expresión de necesidades y libertad. La labor llevada a cabo siempre en condiciones muy precarias no impide al grupo realizar obras que, sin salir de la dimensión off, llegan a conquistar el interés de la crítica oficial por la fuerza expresivas de sus propuestas escénicas, como en el caso de "A rincorrere il sole", "un espectáculo bello y doloroso, lleno de una intensidad emotiva y un coraje que es muy raro encontrar en teatro... César Brie expone impúdicamente, cruelmente, temerariamente sus proprios sueños, sus pesadillas, su condición...", como comentó la crítica entonces (Ugo Volli, "La Repubblica, 9 de febrero de 1980) El paso siguiente se da a la búsqueda de técnicas, o mejor dicho de maestros; si el Odin Teatret se había convertido en un punto de referencia para muchos jóvenes teatristas condicionando incluso negativamente sus acciones escénicas, para César Brie, la relación con Eugenio Barba y el trabajo con él, no implica una definitiva elección artística. Haber trabajado en Dinamarca durante muchos años con este grupo de fundamental importancia en la historia del teatro contemporáneo, no significa haber encontrado el rumbo definitivo, al contrario. Es más bien gracias al encuentro con Iben Nagel Rasmussen que Brie siente haber encontrado a la guía que necesitaba. Del proyecto pedagógico dirigido por Iben Nagel Rasmussen en Farfa, cerca de Roma, nace el grupo teatral homónimo. En los años '80 la actividad teatral de Brie es muy densa y significativa, además, diez años después de su ida, vuelve a la Argentina. La obra "Il paese di Nod" del 1986, claramente autobiográfica, representa un momento crucial en su crecimiento artístico al relacionarse con sus orígenes, su tierra y su lengua. Probablemente es a partir de entonces que Brie vuelve idealmente a Latinoamérica hasta realizarlo efectivamente unos años más tarde. En 1990 viaja a muchos países de Latinoamérica buscando el lugar para realizar su proyecto: quiere volver a empezar en un lugar del mundo en el que el teatro pueda adquirir significados nuevos y más profundos. Dejar el "primer mundo" para encontrar una esencia, una autenticidad perdida; Bolivia es el país más indio de Latinoamérica, pero presenta también una realidad durísima. Es un verdadero desafío conjugar el teatro con la pobreza, el hambre, la falta de medios pero quizás sea posible poner raíces gracias al sustento de una cultura grande y antigua. Explica el proprio Brie: "Me atraía la idea de dirigirme a personas tan diferentes, el hecho de que no hubiera podido hacer teatro como antes, que tenía que inventar otro teatro y al mismo tiempo no perder mis hilos, mis íntimas motivaciones..."
Hay que construir materialmente este teatro, este espacio, que es lugar de trabajo pero también casa: el Teatro de los Andes es principalmente un proyecto de vida y también se propone estimular en Bolivia el nacimiento de más grupos teatrales, crear un antecedente, implantar una tradición teatral que recupere una función social. Hasta hoy son 14 las obras realizadas por el Teatro de los Andes, que definen claramente no sólo el crecimiento artístico maturado en estos años, sino también una trayectoria que viene a recuperar elementos culturales andinos peculiares conjugándolos con las tradiciones occidentales (la lectura de la "Iliada" y del "Cíclope", el "Ubu Rey" de Jarry en un contexto de dictadura latinoamericana) demostrando que es posible utilizar mitos y elementos culturales de un pueblo y de una situación creando un lenguaje universal.
El libro, que reúne textos del proprio César Brie y de Fernando Marchiori, Giuliano Scabia, Iben Nagel Rasmussen, Roberto Perinelli, Antonio Attisani y Germán Araúz Crespo, consigue los objetivos que Fernando Marchiori se había propuesto en la introducción: documentar la historia de esta comunidad teatral nacida en Bolivia en 1991 y de su fundador, subrayando lo característico de esta experiencia. César Brie y su grupo representan hoy uno de los pocos ejemplos de poética y práctica escénicas capaces de cruzar límites geográficos, culturales y generacionales para crear un teatro todavía necesario.

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