LIBROS
EL PENSAMIENTO DE RICARDO BARTÍS
Marcela Bidegain
Universidad de Buenos Aires
"Cancha con niebla. Teatro
perdido: fragmentos 1" es el primer volumen dedicado por completo
a Ricardo Bartís, director de referencia central y paradigmática
del canon de la multiplicidad del teatro argentino actual. En esta
cuidada edición se publican los textos principales de su
producción dramatúrgica: "Postales argentinas"
(1988), "Hamlet o la guerra de los teatros" (1991), "Muñeca"
(1994), "El corte" (1996), "El pecado que no se puede
nombrar" (1998) y "Donde más duele" (2003)
y, lo que constituye la singularidad de la publicación: el
trabajo de recopilación y selección del pensamiento
del mismo Ricardo Bartís acerca de su propia poética
que ha realizado con riguroso criterio y durante cuatro años,
el crítico e investigador argentino Jorge Dubatti.
"Cancha con niebla"
invita al lector a sumergirse en fragmentos de críticas,
notas, artículos y reseñas de espectáculos
de diferentes especialistas y fragmentos de metatextos (reportajes,
entrevistas, textos de programas) en donde el mismo Bartís
explicita las claves necesarias para la comprensión del acontecimiento
teatral, el trabajo del actor y del director. Asimismo, invita al
lector a reflexionar sobre las agudas apreciaciones bartisianas
de los acontecimientos políticos que signaron al país
en el contexto de su producción.
ro aspecto novedoso del volumen
lo constituye la publicación de las anotaciones del proceso
de composición, génesis y notas de ensayos del espectáculo
"Postales argentinas" y la reproducción de los
ensayos críticos de otros prestigiosos realizadores y teóricos
argentinos: Eduardo Pavlovsky, Alberto Ure y Horacio González.
La relación de Ricardo
Bartís con el teatro comienza en la postdictadura, después
del último y más feroz golpe de Estado que se desarrolló
en Argentina entre 1976 y 1983. Intérprete, analista y crítico
de la realidad y de la sociabilidad, Bartís hace estallar
su poética cuando se apodera de él una sensación
de derrota, cuando encuentra al país vaciado de valores,
proyectos y microutopías y cuando entiende que la resignación
a la inmovilidad pone en peligro de extinción a su propio
país. El trauma de la dictadura le exige pensar nuevamente
la totalidad de la historia argentina y, así, su teatro se
erige como una máquina de traducción poética
de la experiencia de su propia cultura.
En el discurrir de sus pensamientos
sobre el teatro, Bartís rechaza la idea de teatro de representación
o ilustración y reniega del sometimiento al texto considerada
como marca ideológica que "vampiriza al director".
Entiende que el teatro debe independizarse de la literatura, dejar
de contar historias, olvidar mensajes o moralinas. El teatro, para
Bartís, debe ser pensado a partir de la escena propiamente
dicha, como acontecimiento entre artista y espectador, como conexión
aurática y convivial mucho más amplia que la lectura.
Es por ello interesante la anécdota que Jorge Dubatti recuerda
en los primeros capítulos cuando, en 1989 le pidió
a su creador "Postales argentinas" para la publicación
y el dramaturgo admitió que el texto no estaba escrito y
que no creía que hiciera falta "porque esto no es literatura".
Afortunadamente, gracias a su insistencia, Dubatti consiguió
copiar al dictado la memoria del espectáculo. Luego siguió
el proceso de escritura de las acotaciones, las correcciones y agregados
de este texto y de los otros cinco más que conforman la edición
y que constituyen, según el mismo Bartís, "residuos,
huellas, cenizas" de lo que es experiencia inmediata, de lo
efímero que se volatiliza en el momento de crearlo (de ahí
el concepto de "teatro perdido"). Con la publicación
de estos textos, Jorge Dubatti se permite repensar el concepto de
una nueva dramaturgia en confrontación con la tradicional
y de ampliar su categorización.
En los capítulos dedicados
a la reflexión sobre el trabajo actoral, Bartís expone
abiertamente sus opiniones acerca de la precariedad del oficio actoral,
reniega de los saberes de actuación que fuera de sus contextos
histórico-sociales no han servido para la producción
de un teatro vivo. Asimismo, tematiza acerca de la espectacularización
de lo social y de la teatralidad de los discursos políticos
que lo colocan en un lugar de recogimiento para salvar lo que a
la actuación le pertenece.
Desde 1981 Ricardo Bartís
dirige el Sportivo Teatral de Buenos Aires, su propio espacio teatral
con nombre de equipo de fútbol. Tal vez porque el trabajo
sobre el escenario, la relación con el objeto, la adaptación
y la velocidad de respuesta se asemejan a los de un partido de fútbol.
Y porque en la cancha de fútbol o en el escenario, aunque
no esté disipada la niebla, se puede evidenciar el artificio,
exhibir la naturaleza misma de la teatralidad.
Bartís, Ricardo. Cancha
con niebla. Teatro perdido: fragmentos. Edición de textos
e investigación: Jorge Dubatti. Buenos Aires: Atuel, 2003:
282 p.
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