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LA ESCENA IBEROAMERICANA. BRASIL
El Festival Internacional de Teatro de Expressão Ibérica,
conocido como FITEI, es un importante festival que desde hace veinticinco
años se ha celebrado sin interrupción en Oporto, la segunda
ciudad más importante del Portugal situada al norte del país.
El FITEI se diferencia de otros fes La Companhia do Latão es relativamente nueva. Se formó en 1996 con un montaje de “La muerte de Dantón” de Georg Büchner a la que siguió una adaptación de “A Compra do Latão” de Bertolt Brecht, adaptada por el grupo como “Ensaio sobre o Latão”. Más adelante montaran escenas y luego el texto completo de “Santa Joana dos Matadouros”, una de las piezas más importantes del dramaturgo y director alemán. Además de alcanzar un sitio prominente en la escena brasileña, la Companhia do Latão se ha destacado también como un importante centro de estudio del teatro. Su orientación es marxista y su principal punto de apoyo la teoría y praxis de Bertold Brecht. La tendencia ideológica y estética del grupo pudo constatarse, en abril del año pasado, cuando en São Paulo se lanzó al mercado la traducción al portugués del libro de Fredric Jameson, “Brecht and Method”, en que lúcidamente, el conocido crítico estadounidense retoma el trabajo de Brecht para destacar su importancia y vigencia actual y la Companhia do Latão participó en el lanzamiento presentando algunas escenas de “Santa Joana dos Matadouros”. Diferente de otros grupos, que en los festivales, construyen a su alrededor una muralla inaccesible o simplemente se muestran reticentes a hablar de su trabajo, en particular de las bases teóricas que lo sustentan (algunos no es que no quieran hacerlo sino que no saben qué decir al respecto), los miembros del Latão se esforzaron por entablar un diálogo con los críticos asistentes al festival, distribuyendo publicaciones donde exponen los fundamentos de lo que podría denominarse su poética teatral. De sus publicaciones repartieron la revista Vintém, y un número de su serie Cuadernos de Apontamentos, dedicado a “A Comédia do Trabalho”, una las dos obras llevadas por el grupo al FITEI 2002. Además de estas publicaciones, organizaron un coloquio que se realizó en la sala del Rivoli, el teatro municipal de Oporto, donde expusieron sus ideas sobre su actividad teatral e invitaron al público a participar en el debate. El grupo causó una gran impresión por la seriedad de su trabajo, la claridad de sus ideas y la coherencia mostrada entre su práctica teatral y los fundamentos teóricos que la sustentan. En el montaje de “A Comédia do Trabalho” nos llamaron la atención dos cosas, a decir: su ascetismo escénico, muy diferente a lo que nos tienen habituados las puestas lúdicas y vistosas de los grupos brasileños, y su fiel seguimiento de la teoría y praxis brechtiana. Desde nuestra óptica matizada (o contaminada) por la estética posmodernista, que tanto nos ha acostumbrado las anacronías, al uso la parodia y del pastiche, esperábamos que en cualquier momento lo que veíamos con un sabor de mitad del siglo XX, casi perdido en la memoria, se transformara y nos pusiera en las sendas de nuestras expectativas ‘festivaleras’. Pero este cambio nunca se realizó y el espectáculo nos pareció elemental y arcaico, que poco o nada tenía que ver con lo que se espera de un festival. Era un volver al teatro de los 60, nos decíamos. Evidentemente ésta era una lectura descontextualizada y, hasta cierto punto aberrante, como diría Umberto Eco, completamente distanciada del receptor ideal o implícito que el grupo tenía en mente al preparar este montaje. Tanto “A Comédia do Trabalho” como el “Auto dos Bons Tratos”, la otra obra llevada al festival por el grupo, son textos explícitamente políticos que proyecta como referente mediato o inmediato la sociedad actual, no sólo la brasileña y latinoamericana, sino también la de todas aquellas regiones periféricas que sufren los embates del neoliberalismo económico y de la arrolladora globalización que nos envuelve. Aunque Portugal forma parte de la Unión Europea, su precaria posición frente a los grandes de la UE, lo coloca en una situación muy similar a la de otros países “tercermundistas”. Esto posiblemente explicaría por qué la recepción del público de Oporto fuera tan positiva. Los descontentos éramos los críticos, los más alejados del receptor ideal del grupo, puesto que no pertenecíamos ni al país de los artistas ni del país anfitrión del festival y desconocíamos la trayectoria del grupo. Aunque la acción de “A Comédia do Trabalho” tiene lugar en la ficticia provincia de Tropélia, su correlato con la realidad actual salta a la vista. Un banco de inversiones de dos hermanos gemelos, a pesar de que han reducido drásticamente el número de sus empleados, atraviesa por una grave crisis financiera. Con el fin de salir del paso, valiéndose de métodos coercitivos, logran conseguir fondos públicos para salvarse de la bancarrota. Su objetivo último es vender el banco a un inversionista extranjero y vivir de las rentas. Todo esto, como es de suponer, sin preocuparse del costo social que se desprenden de sus acciones: el desempleo y la desviación de fondos fiscales que debería usarse para el desarrollo y bienestar general. Uno de los empleados despedidos intenta suicidarse lanzándose a la calle desde techo del edificio del banco. Esta acción desencadena, en la tranquila Tropélia, actos de violencia protagonizados por una multitud de desocupados. El gobernador de la provincia, quien ha concedido el dinero requerido por los gemelos, más que por ayudarlos para que no le impidan a él mismo seguir malversando las arcas fiscales, no encuentra otra alternativa que aplicar una mano dura que deriva en una agresión a los manifestantes. En medio de la violencia generalizada, un personaje caricaturesco, Liu-Liu, la hija de un banquero extranjero y presidente de la Misión Filantrópica Internacional, se desvive en profundidades filosóficas, indagando sobre el sentido de la vida y tratando de encontrar una respuesta en este mundo extraño que no entiende en absoluto. El espectáculo revela una situación del mundo actual, bastante conocida por todos nosotros, marcada por la lucha por un espacio de mercado, por la brutalidad del desempleo, por formas esclavizantes de subempleo, en fin, por la desaparición del trabajador, que absorbido por el sistema, ha perdido su poder político, su capacidad ‘reivindicatoria’ (palabra que en la última década pareciera existir sólo en el diccionario, si es que de allí ya no se ha borrado). La crítica anticapitalista de “A Comédia doTrabalho” es así, inmediata y directa. La otra obra, el “Auto dos Bons Tratos”, es producción más reciente del Latão y nos remonta a un episodio real del periodo colonial que ocurrió en 1546 en torno a la prisión y enjuiciamiento de un capitán de Porto Seguro, el lugar de desembarque de los portugueses en el Brasil durante el periodo colonial. El mentado capitán, era Pero do Campo Tourinho, quien es acusado de obligar a los indígenas a trabajar los domingos y en otros feriados religiosos y de blasfemar contra los santos y, peor para él, por acusar a los cardenales y obispos de borrachos y sodomitas. La iglesia, como era de esperar ejerce duramente su poder y el comendador es extraditado al Portugal para ser sometido allí a la inquisición. Sin embargo, por haber sido un colono emprendedor y progresista que había servido bien a la corona, el comendador es absuelto por el Santo Oficio que lo considera sólo ‘un hereje intermitente y diletante’. A partir del proceso inquisitorial, se narran las varias formas de esclavitud y control de la mano de obra indígena de los colonizadores portugueses. Con esta obra, el grupo intenta una desritualización de la historia con el fin de buscar las raíces del autoritarismo paternalista y entender mejor las formas de autoritarismo existente en el Brasil actual, generalmente logrado por imperceptibles mecanismos de control. En el Brasil, señala Sérgio de Carvalho, el director de la Compahia de Latão, el jefe se ofrece como padrino de los hijos de sus subalternos, la criada es tratada como parte de la familia, y el empleado se toma una cerveza con el patrón, pero estas relaciones de cordialidad, no implican necesariamente diferencias económicas menos brutales. Al comparar los dos espectáculos, se notan algunas diferencias. “A Comédia do Trabalho” es de carácter farsesco y hace reír al público durante toda la función. Como bien lo señala Fernando Peixoto –un conocido director y especialista de Brecht de quien ha montado varias de sus obras– la comicidad es un recurso escénico eficaz que lleva “al espectador a una comprensión más profunda y reveladora de muchos problemas trágicos de nuestra realidad cotidiana.” (52). Como pieza teatral, “A Comédia do Trabalho”, ha sido pensada para un público poco asiduo al teatro y para ser llevada con facilidad a distintos lugares, por eso se estructura a partir de elementos escénicos mínimos. Es en verdad un espectáculo ascético, sin exceso de imágenes o de artificios formales innecesarios. En esta obra, el lenguaje dramático en que se alterna lo narrado y lo representado, la diégesis (lo dicho) y mimesis (lo visto), es simple y directo, carente de toda espesura connotativa. Todos los elementos escénicos giran en función de la historia y de la lógica de la acción. Siguiendo el modelo brechtiano anti-ilusionista, la obra es autorreflexiva, constantemente desdoblándose en el proceso mismo de su producción. Pero, conviene aclarar de inmediato, no se trata de un espectáculo narcisista, que simplemente se autorrefleje en un juego metateatral con el único propósito de revelar lúdicamente sus recursos estético-formales, sino de un texto cuya historia se fragmenta constantemente debido a la intervención de coros y carteles didascálicos, que junto con el uso del sistema pronominal de la tercera persona, crea una constante tensión, un contrapunto dialéctico en que se desarticulan las relaciones entre palabra y acción. Ya se habrá reconocido en esta breve descripción, la presencia brechtiana y el conocido recurso del distanciamiento o extrañamiento épico, mediante el cual se crea una suspensión del sentido. Por las pausas o cesuras del texto, emergen distintas direcciones semánticas que dan a forma a un discurso que interroga al mismo tiempo que se interroga a sí mismo. El espectáculo se propone crear una experiencia transformadora en el espectador, hacerlo reflexionar mediante la deconstrucción de las contradicciones del mundo al que pertenece, pero que también revela las contradicciones inherentes en la producción de todo espectáculo en el cual también se articulan distintas formas de poder. En este sentido el texto se constituye en un micromundo que refleja al mundo real, no en el sentido de un espejo mimético, sino por cuanto la deconstrucción de las estructuras de poder que surgen del espectáculo analógicamente son similares a las del mundo real. Desde su estreno el 3 de agosto de 2000 en São Paulo, el grupo durante un año, llevó el espectáculo a varios centros urbanos y a diversas ciudades del interior del país. A fines del 2001, la llevaron de vuelta al escenario de São Paulo. Hasta ese momento había tenido 150 representaciones con una notable asistencia de 40.000 espectadores. La obra aun se mantiene como parte del repertorio del grupo y la cifra de espectadores sigue aumentando. El trabajo del grupo es colectivo y en él se desarrolla una dinámica especial de colaboración horizontal en que todos los miembros participan en la composición del texto. Sólo al final del proceso es cuando el director interviene para darle al producto del esfuerzo colectivo la coherencia y consistencia necesarias. En el caso de “A Comédia do Trabalho”, gracias a la obtención de una beca, el grupo realizó en São Paulo talleres destinados a profesionales y estudiantes de teatro, que acompañaron al grupo en todo el proceso de producción del texto, desde la investigación preliminar sobre el tema del desempleo, de sus causas y consecuencias, hasta la producción del espectáculo cuyo texto nunca es definitivo ya que constantemente se modifica según los entornos de actuación y las necesidades que se desprendan del texto mismo. En el segundo espectáculo, el “Auto dos Bons Tratos” se emplea la mayoría de las técnicas brechtianas que veíamos en “A Comédia do Trabalho”, pero se diferencia de ésta por la complejidad de su textualidad. Para la concepción del espectáculo, los autores Márcio Marciano y Sérgio de Carvalho, realizaron varias lecturas: el texto de Sérgio Buarque de Holanda “Raízes do Brasil”, los documentos del proceso recogidos en el libro de Rossana G. Britto “A Saga de Pero do Campo Tourinho - O Primero Proceso de la Insquição” y “El Sr. Puntilla e seu criado Matti”, de Bertold Brecht. Aunque visualmente es más atractiva, se mantiene siempre en un marco de austeridad que la limpia de toda redundancia. Los elementos escénicos son mínimos, pero de máxima funcionalidad ya que son utilizados para crear múltiples significados. El recurso escenográfico central lo constituyen unas estructuras de madera de un mismo tamaño y forma que sucesivamente se transforman en el altar de una iglesia, donde irrumpe un domingo Pero do Campo Tourinho para sacar a sus esclavos indios (y en su ira, confundido o premeditadamente, también los de otros dueños) y llevarlos de vuelta al trabajo del ingenio azucarero. Las estructuras movibles se convierten también en una rueda gigante con una polea usada para excavar un pozo durante la construcción del ingenio, en taberna, en prisión, en escenario para la representación de un auto navideño típico de la época, en un salón palaciego de la realeza portuguesa y en el navío que llevará a Tourinho de vuelta a Portugal. Fue este un trabajo escenográfico de gran finura y creatividad. En el“Auto dos Bons Tratos”, los actores demostraron que, definitivamente, poseen un dominio del arte escénico. Este hecho ayudó a que se rectificara la falsa impresión creada en el primer espectáculo en el cual los actores se habían auto-controlado al máximo con el fin de crear un modo de actuación simple y elemental al alcance de un público poco conocedor del teatro. El tema central del coloquio realizado en el teatro Rívoli giró en torno a la validez del modelo brechtiano en el panorama teatral y político actual. Desde el público, se planteó que si bien si por razones circunstanciales este modelo se había constituido en el favorito del teatro de los 60 (sobre la gran proliferación de puestas de grupos que siguieron la teoría y praxis de Brecht, véase el libro de Fernando de Toro), ahora con la caída de la Unión Soviética y el fracaso de las utopías socialistas, y la cuestionada función del teatro como un medio instrumental de concientización, ¿el modelo brechtiano no se habría unido el vuelo sin retorno de los discursos universalistas y de las utopías que perseguían un “mundialismo político y humanista.”? (expresión de Fernando Aínsa en un reciente artículo, 28) ¿No son acaso más factibles y efectivos, como lo sostienen algunos cientistas culturales, soluciones de tipo bricolage, que limitan las utopías a logros más circunscritos para responder mejor a la heterogeneidad cultural de la posmodernidad, es decir, a proyecciones utópicas provisorias y de corto alcance, como las formuladas en pro de identidades locales, étnicas u otros movimientos multiculturalistas? Las respuestas a estas y a otras objeciones pueden encontrarse en las publicaciones del grupo, en que además de la colaboración de sus miembros, se incluyen entrevistas y ensayos de intelectuales que sirven de apoyo a las ideas del grupo. Aquí nos referiremos sólo a algunas. Los miembros de la Companhia do Latão se definen como un grupo de investigación y declaran que se acercaron a Brecht y al marxismo, que a partir de necesidades surgidas del quehacer teatral mismo, mientras buscaban apoyos teóricos que les permitieran comprender mejor el proceso teatral, como también entender mejor la sociedad brasileña, sus contradicciones y las estructuras de poder contenidas en ella. Más que un teatro que muestre, que entretenga y se entretenga en lo visual, al Latão le interesa desmontar los mecanismos del proceso dramático como también del social. Su visión no es la de un teatro preocupado exclusivamente por lo estético (aspecto que sí le interesa pero que no es su único objetivo), del teatro que se relega al margen del acontecer histórico y del campo político. Se opone con firmeza a la idea generalizada de muchos teatristas, y de muchos otros escépticos, de que ya no existe una transformación positiva de la sociedad, ni que menos puede alcanzarse a través del teatro. Todo lo contrario, su intención es la de crear en el escenario una experiencia transformadora. “La experiencia cuando acontece es transformadora,” sostiene Sérgio de Carvalho el director del grupo. El espectador es invitado a posicionarse con relación a una problemática planteada y puede estar en acuerdo o en desacuerdo parcial o totalmente con lo expuesto. Están conscientes que su teatro crea adeptos y enemigos. Y dada las circunstancias actuales, es posible que tengan más enemigos que adeptos (si han logrado ubicarse en un sitio importante en el teatro brasileño de hoy, explica Carvalho es porque, aunque lo estético no es su prioridad, la calidad de sus espectáculos los hace intocables). Al Latão no les interesa el teatro cifrado o hermético, preocupado de un exhibicionismo intelectual y, por tanto, susceptible de ser descodificado sólo por una elite. Más bien ponen la atención en una objetividad e inteligibilidad que lleve a la reflexión y no a la seducción espectacular o al acertijo críptico. Desde muy temprano encontraron en la dramaturgia de Brecht el mejor modelo para dar forma a su poética dramática. El ‘modelo Brecht’ les permite situarse crítica y dialécticamente con el presente político y cultural, neocapitalista y posmoderno. Con el uso de recursos como el extrañamiento o el distanciamiento, el empleo de la tercera persona, el juego de contrarios, el uso de la alegoría y la parábola, el modelo teatral de Brecht les parece más performativo que prescriptivo. Las obras del grupo, como las de Brecht, compelen al público razonar partiendo no de un discurso escénico unidireccional sino de las contradicciones planteadas que le ofrecen distintas perspectivas de análisis. En efecto, como bien lo señala Fredric Jameson en el libro citado “Brecht and Method”, lo significativo de la obra del genio alemán no subyace tanto en su mensaje puntual, tópico y dialéctico, sino en su comprensión de principios políticos en los cuales la praxis colectiva, junto con la ética colectiva y el foco en una situación específica a mano, pueden ayudarnos a seguir soñando con aquellas utopías de redención social (término acuñado por mi compatriota Hernán Vidal), revitalizar una conciencia planetaria, levantar de los escombros las utopías políticas contestatarias. A fin de cuentas estas fueron las que nos condujeron (en palabras de Fernando Aínza) a “la proyección universal de los derechos humanos y a la creación de organismos internacionales, organizaciones no gubernamentales y redes de solidaridad de variado signo” (28). El grupo Latão está en ese camino. Su alternativa su trabajo es perfectamente legítima. En estos momentos críticos. Grupos como éste deben complementar otros esfuerzos solidarios que realizan los artistas, en particular los teatristas que se lanzan a la calle protagonizando una verdadera teatralidad de lo cotidiano (los boletines del CELCIT desde Argentina constantemente nos informan de esta solidaria participación), no ya para defender sus derechos humanos y profesionales, sino para unirse a un gran sector de la sociedad que es brutalmente lanzado a la periferia por las políticas económicas dictadas generalmente por organismos extranjeros, que como la Liu Liu de “A comédia do Trábalo” bien poco saben de la realidad de los países que quieren dirigir y controlar par sus propios fines. En estas circunstancias el modelo brechtiano también muestra su perdurabilidad como un complemento instrumental que, junto a otros recursos e iniciativas, pueda ayudar a reencontrar el camino perdido de las conquistas sociales. A las utopías precarias y provisionales, de cortos itinerarios y a las visiones autárquicas y cerradas es necesaria buscar otras de proyecciones más amplias que sean capaces de crear aquella ética planetaria de que habla el teólogo de la liberación brasileño Leonardo Boff (citado por Aínsa) que pueda contrarrestar los efectos de la hegemonía universal impuesto por la dictadura neoliberal del mercado. Bibliografía A Comédia do Trabalho. Manuscrito. A Comédia do Trabalho Video grabado por Alicia del Campo. FITEI, Porto, 2002. Autos Dos Bons Tratos. Manuscrito Companhia do Latão. Cuaderno de Apontamentos: A Comédia do Trabalho. Oficina de Teoría Critica da Companhia do Latão, 2000. Ainsa, Fernando. “El destino de la utopía latinoamericana como interculturalidad y mestizaje.” Cuadernos Americanos. Año XVI, Vol. 2, 92 (Marzo-abril, 2002): 28-45. Geirola, Gustavo. “La práctica de los teatristas y el perfil del actor en América Latina.” En Discursos teatrales en los albores del siglo XXI. Eds. Juan Villegas et al. California, Irvine:Ediciones de GESTOS, 2001. Jameson, Fredric. Brecht and method. London-New York: Verso, 1998. ________.O método Brecht. Petrópolis, Vozes, 1999 ________. The Cultural Turn. New York-London: Verso, 1998 ________ y Masao Miyoshi, eds. The Cultures of Globalization, Durham and London: Duke University Press, 1998. Máscara. Año 1, Nº 2 (Enero 1990). Edición especial dedicada a Bertold Brecht. Peixoto, Fernando. “Do Riso no Mundo Selvagem.” Vintém IV: Tteaatro e Pensamento Político. São Paulo: Companhia do Latão, s/f. Porto, Carlos. FITEI: Pátria do Teatro de Expressão Ibérica. Porto: FITEI e Fundaçao Eng. Antonio de Almeida, 1997. Reis, António. “Aos participante.” 25 Anos FITEI Porto. Programa Porto Festival Internacional de Teatro de Expressão Ibérica. 2002. Toro, Fernando de. Brecht en el teatro hispanoamericano contemporáneo. Buenos Aires: Editorial Galerna, 1987. 25 Anos FITEI Porto. Programa. Porto: Festival Internacional de Teatro de Expressão Ibérica. 2002. Vintém: Teatro e Cultura Brasileira. São Paulo: Companhia do Latão, s/f Vintém IV: Tteaatro e Pensamento Político. São Paulo: Companhia do Latão, s/f. |
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