HACER TEATRO HOY
CONVERSACIÓN MUY PERSONAL SOBRE CIERTOS ACONTECIMIENTOS DE LA RECIENTE HISTORIA DE LA ESCRITURA TEATRAL EN SANTIAGO DE CHILE

Por Juan Claudio Burgos

1. Lo que yo conozco

DE IBEROAMÉRICA NO SÉ MUCHO. ¿Quién sabe algo a ciencia cierta de este grande continente? Con gobiernos que se derriban. Con utopías que caen. Que ya no existen. Con mucha hambre. Lo veo en mi propio país. Con luchas intestinas que demuelen el alma de América Latina. Con fechas que se truecan por derribamientos de torres, de aviones que caen, en septiembre. Aquí bajo a mi país. De Chile podría hablar algo más. Repasar algo de su historia. De Santiago de Chile un poco más. De mis compañeros de oficio sé algo. Llamo compañeros de oficio a quienes como yo, comparten el trabajo con la palabra, que no es lo mismo que el oficio del teatro, de la escena. De mí tengo alguna información. Pero hoy no quiero hablar de mí. Ni de esta ciudad. Cómo hablar de lo que ocurre en Santiago. No quiero meterme en camisa de once varas. No quiero hablar del neoliberalismo, no me interesa. Ni de que mi país está cada vez más encerrado en cifras y en dinero corriendo por las calles, un hecho concreto, real, constante y sonante en uno de los extremos de la ciudad, casi un sueño, un deseo no satisfecho cuando nos acercamos al otro extremo, el poniente. Un poniente contaminado y pobre. Este país es largo. Geográficamente COMPLEJO. Hay un quiebre, un quiebre profundo en esto que le digo. Una fisura en su historia. Una división. Un quiebre que nace el 73 por la historia que todos conocéis, de la que ya no quiero hablar. Ya se ha dicho mucho al respecto.  Prefiero hablar de teatro. Que es también una forma de hablar de “lo que nos ocurre”.

2. Lo que recuerdo del teatro visto

Recuerdo los pocos espectáculos que he visto en Santiago. Reviso y busco en lo que adivino en escena, lo que apenas alcanzo a divisar sobre la escena, salta a la vista alguna similitud. No tengo acceso a los textos que dan origen a esos espectáculos. Escucho lo que dicen los intérpretes. Me parecen algo muy distinto a lo que se está fraguando en otro grupo de teatristas de Santiago que apenas llega a la escena, que la atisba, que trabaja en la marginalidad de la sala. Mis compañeros de oficio. A ellos llego sólo a partir de la lectura de sus textos. Todavía no he visto su escena. Saltan algunas imágenes sobre la escena que me parecen interesantes. Necesito volver a lo que dice Fernando Pessoa a propósito de su teatro para poder explicarme lo que veo que sucede o no sucede en este teatro escrito.

Voy a copiar una cita de Pessoa, cuando habla de su teatro:

“LLAMO TEATRO ESTÁTICO A AQUEL CUYO ENREDO DRAMÁTICO NO CONSTITUYE ACCIÓN

(remarco y subrayo estas tres últimas palabras)

y Pessoa sigue explicando...

“DONDE LAS FIGURAS NO SÓLO NO ACTÚAN,

PORQUE NI SE TRASLADAN NI HABLAN DE TRASLADARSE, SINO QUE NI SIQUIERA TIENEN CAPACIDAD PARA PRODUCIR UNA ACCIÓN;

DONDE NI HAY CONFLICTO NI ENREDO PERFECTO.

SE DIRÁ QUE ESTO NO ES TEATRO.

CREO QUE LO ES PORQUE CREO QUE EL TEATRO TIENDE (más)  A TEATRO MERAMENTE LÍRICO Y QUE (al)  ENREDO EN LA ACCIÓN

SINO, MÁS AMPLIAMENTE, LA REVELACIÓN DE LAS ALMAS A TRAVÉS DE LOS DIÁLOGOS Y LA CREACIÓN DE SITUACIONES...

PUEDE HABER REVELACIÓN DE ALMAS SIN ACCIÓN,

Vuelvo a subrayar eso último...

Y PUEDE HABER CREACIÓN DE SITUACIONES DE INERCIA, MOMENTOS DE ALMA SIN VENTANAS O PUERTAS HACIA LA REALIDAD...”

Ahora sigo yo. Escucho textos de compañeros de oficio. Llamo oficio a la escritura. Y la escritura me resuena palabra.

Me pregunto: ¿A qué está acostumbrado el público habitual en Santiago de Chile? ¿El público amigo de la sala de teatro convencional? Concluyo con horror que algo completamente distinto a lo que están escribiendo los llamados nuevos autores de teatro. Estamos, quizás, un poco distantes de nuestros padres putativos en esto de escribir, aquí en Santiago de Chile. Se nos critica en la prensa de herméticos, de sociedad de escritores que no de dramaturgos. Hay que dejar que hable la gente. “Debe ser que avanzamos...” Vuelvo a las salas habituales de teatro. Voy poco al teatro. No quiero ver cómo se contamina el imaginario con trasnochadas formas de mal entendido realismo. Cuando veo algún espectáculo pienso en lo que ese mismo público contaminado acostumbra a ver.  Descubro

que hay anécdota,

que hay asunto,

que hay personajes,

que hay ambiente,

que hay decorado,

que hay maquinaria,

que hay indumentaria, 

que hay un trasunto endeble de lo que para algunos es “realidad”.

¿Qué hace el teatrista de fines de siglo? Hablo de Chile.

Del resto de América sé muy poco, quisiera saber más, intercambiar a través de talleres su experiencia en el oficio de escribir para una escena todavía no vista. Vuelvo a la pregunta:

¿Qué hace el teatrista de fines de siglo?

(Que me perdonen los grandes autores representados en Santiago y en el resto de las ciudades teatrales de Latinoamérica.)

Repite fórmulas,

contamina y contamina con estereotipos,

con frases infinidad de veces,

hasta el cansancio.

El teatrista pone al servicio del grande espectador su oficio. Su oficio muy bien aprendido. Depurado, sus fórmulas miles de veces probadas. Entretiene. Entretiene a espectador con aspiraciones neoliberales.  Pone su trabajo al servicio del poder. Supedita el discurso al magro presupuesto de cultura.

Cambia diálogos

Suprime textos

Agrega anécdota

Contamina personajes

Trastoca voces

Convence a productores que su trabajo vale

VALE

Vale un Perú

Los productores

Las salas

Las butacas

El propio escenario lo reclama

Rescribe y rescribe hasta encontrar la fórmula que lo llevará a la cima, a la aquiescencia del espectador comodísimo en su butaca.

Reedita como gesto fundamental fórmulas de una mal entendido realismo. El teatro, la dramaturgia debe alejarse por temor a contagio de lo que el público medio ve en la televisión. El teatro, la dramaturgia escrita o gestual, una simple acción ordenada en el espacio y en el tiempo, debe construir su propia teatralidad, su propio sistema dinámico de funcionamiento, debe hacerse de un modo distinto a las otras formas escénicas habituales (cine, televisión, etc...). Se acostumbra a no discutir la no referencia de la danza, de la pintura, de la música, su propia independencia de lo cotidiano. Al teatro, a la dramaturgia, cuando se aleja del referente real, se la critica... ¿Hay una mente pequeña en este pensamiento...? ¿Hay un pensamiento antediluviano...?

¿El crítico de Cromagnon que todavía no evoluciona...?

PREFIERO NO SACAR CONCLUSIONES, QUE LA HISTORIA HABLE, VUELVO A LO ANTERIOR... AL ASUNTO DE TODO LO QUE NO ME INTERESA...

REITERO

ESE GESTO,

ESE EJERCICIO,

ESE PAPEL GARRAPATEADO,

ESE ACTOR INTERPRETANDO DE ESE MODO,

ESE ACTOR VESTIDO CON INDUMENTARIA DE FUNCIONARIO NO ME INTERESA

¿NO NOS INTERESA?

.....................................................................

NO, NO ME INTERESA, EN NADA ME INTERESA

NUNCA ME HA INTERESADO

HAY TODA UNA GENERACIÓN NUEVA DE AUTORES

EN SANTIAGO DE CHILE

(AQUÍ OTRA ACLARACIÓN:

LA PALABRA DRAMATURGO ME PARECE ESTRECHA

PREFIERO USAR LA PALABRA AUTOR

AUTOR COMO CREADOR).

HAY TODA UNA GENERACIÓN DE AUTORES

EN SANTIAGO DE CHILE QUE PIENSA

QUE EL TEATRO QUE SE ESCRIBE

NO SE SUPEDITA A LA ESCENA

LA ESCENA NACE DE LO QUE SE ESCRIBE,

(Al menos el teatro que estamos escribiendo ahora mismo) que me perdonen los directores, los escenógrafos, los coreógrafos, los iluminadores, los técnicos. Algunos escribimos pensando en su trabajo.

LA ESCRITURA DE TEATRO

REMECE EL LENGUAJE DE LA ESCENA (Heiner Müller)

NO HAY SITUACIONES

NI DIÁLOGO DESCRITOS EN EL PAPEL (Fernando Pessoa)

3. Intermezzo lírico

ESCUCHO UN ARIA DE VERDI

LA CANTANTE EXPONE

LA MÚSICA ACOMPAÑA

HAY UN JUEGO DE FORMAS

UN DEVANEO DE FORMAS

4. Cómo escribimos cuando escribimos

Puedo escribir que este devaneo, este ir y venir de un tema a otro, de un extremo de la mesa al otro, es también un poco el proceso mismo de escritura, que es búsqueda, todo esto viene de la búsqueda,

de una irrestricta búsqueda.

Yo busco leyendo narrativa,

OTROS BUSCARÁN EN LA LÍRICA,

EN EL CINE,

PONDRÁN UNA ÓPERA,

RESONARÁN LAS TROMPETAS,

LAS VOCES SOLISTAS

Y EL CORRO DE VOCES QUE ACOMPAÑAN,

EL ENGARCE JUGUETÓN DE LAS VOCES EN PRIMER PLANO, EN SEGUNDO, EN TERCER, EN CUARTO, EN QUINTO PLANO,

Escribirán siguiendo el ritmo frenético de la ópera, imitarán de un modo ingenuo el salto de los trombones, la suavidad de la voz de EL intérprete femenino. También a veces lo hago. Otras escribo con la televisión encendida.

En la pantalla videoclips. O noticias. O tal vez silencio. Yo no SÉ SI EN VERDAD LO QUE ESCRIBO, LO QUE ESCRIBEN MIS COMPAÑEROS DE OFICIO, SEA “TEATRO”,

del que se consume a diario,

del que se critica,

del que llena la libreta de notas del “CRÍTICO” de turno

No SÉ SI ESCRIBIMOS para ese aparato que funciona y que funciona muy bien. Hablo del aparato social, del maridaje entre teatro-crítica tal como lo conocemos por lo menos aquí en Santiago de Chile.

Ese mecanismo artístico que nutre a un público acostumbrado,

Que da de comer al público en la palma de la mano, QUE LE DA MIGAJAS COMO A PALOMAS DE PLAZA,

QUE ESCRIBE PARA UN PÚBLICO YA DOMESTICADO.

Un teatro digestivo (Antonin Artaud),

Un teatro que no produce acidez, ni dolor de vientre,

Un teatro analgésico,

Un teatro que duerme, que adormece el vientre, LA CABEZA, LOS PIES, LAS MANOS del espectador,

Un teatro valium,

Un teatro que saca lustre a los zapatos,

Un teatro de zapatos lustrosos,

como en cuerpo muerto (Federico García Lorca)

No niego lo valioso de los autores, de los genios de la escena decimonónica que hasta ahora se consume en las salas de Santiago,

Decimononismo que se ha vuelto teatro neoliberal,

Me postro ante sus estatuas de cementerio,

Trenzo coronas de laurel,

Erijo estatuas,

Los enseño en mis clases de historia del teatro,  y qué bien bonito suenan todos esos nombres en el aula,

Vierto agua de rosas sobre sus blanqueadas tumbas.

Es todo muy bonito eso, bonito, digestivo y un poquitito caro. Pero yo hablo de lo otro, soy un dado a hablar siempre de lo otro. Que me perdonen esta mala educación mía, esta escritura díscola, este ejercicio de crítica remolona a la forma-convención DE LAS SALAS OFICIALES, DEL TEATRO OFICIAL, DE LOS DRAMATURGOS CON CARGOS...

Hablo de lo que me interesa y me interesa, por ahora,  la escritura de tres de mis compañeros de generación. LUCÍA DE LA MAZA Y SU TEXTO “Gertrudis”; MAURICIO BARRIA con “Impudicia”; BENITO ESCOBAR Y “Nobleza obliga”... HAY MUCHOS OTROS, CERCA DE TREINTA VOCES O MÁS...

Son algunas escrituras que vais a escuchar

No puedo hablar de ellas

Lo que puedo decir ahora no vale la pena

Es mejor escucharlas

Es necesario que las escuchéis

Que saquéis vuestras propias conclusiones

Que las discutáis

Que reprobéis o que alabéis lo que va aparecer en el salón de lecturas.

Les pedimos un ejercicio de crítica sobre nuestro trabajo, un simple comentario.

5. Bocadillos...

AQUÍ TENÉIS UNA PEQUEÑA MUESTRA DE TODO LO QUE TRATO DE EXPLICAR, LÉANSE CON ATENCIÓN ALGUNAS LÍNEAS, LAS QUE QUIERAN...

(Comienza a cercenarse el dedo con el cuchillo. Lentamente, primero lo cisura, luego lo corta hasta que al final se lo arranca.)

Mujer: Quieres mirar pues ahí la tienes en todo esplendor. (Se refiriéndose a su mano.) ¿La ves? Es que acaso no puedes imaginarla: es la madre de dios en las bodas de Canaan pidiéndole a su hijo que transforme el agua en vino. ¿No la ves? Se le acerca y lo toma por el brazo, lo mira con impaciencia y le suplica, porque ella lo sabe, sabe que la felicidad es un delgado cable de seda, y que daría cualquier cosa por mantenerlo tenso y entero. Pero no sucede así, cuando el vino se acaba comienza a correr el tiempo en nosotros... Ella lo sabe y lo supo siempre y por eso no hizo nada por detener a los asesinos de su hijo: ella decidió olvidar para vengarse... Ella lo sabe, él va a morir, lo besarán con espinas en la frente y al final se lo van a encomendar en sus arrugadas manos seniles. Pero no hará nada. Y cuando el despojo tieso de su hijo caiga por fin en su regazo ella la madre de dios, lo dejará caer bruscamente al barro. Lo podría haber salvado, podría haber intervenido o al menos haberle advertido (pues ya lo sabía en ese entonces) En cambio, lo  arroja para no tener que amarlo, porque no soporta el peso de su cuerpo, lo deja caer, una y otra vez, para salvarse de esa horrible obligación que nos liga a los demás. Matar para no tener que amar.. (En ese momento fluye copiosamente la sangre.)

Impudicia, Mauricio Barría

AQUÍ VIENE OTRO...

Camina de un lado al otro de la habitación. Bebe de la botella y observa un segundo su reflejo en el licor.

Narciso; Este soy yo. (Mira a la pantalla.) Y ese también. Ahí también estoy. Mirarme detenidamente. Orden del día. Mirarme y no saber. ¿Estás llorando? (Se le quiebra la voz.) No, claro que no estás llorando, no hay por qué hacerlo. ¿Y entonces qué es lo que pasa a tus ojos, a mis ojos? ¿Qué estás haciendo con mis ojos? ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO CON MI CUERPO? Lo estás mostrando y no quiere eso. Se desnuda y es torpe, ¿no te das cuenta? ¿Le vas a enseñar a llorar a este cuerpo? ¿Vas a tomarlo de la mano y vas a guiar mi mano hasta el rostro? ¿Vas a tocar los párpados y vas a sentir como se acumula el líquido? El dedo tuyo ahora acompaña el recorrido de una lágrima, ¿lo ves? Puedes grabarlo. Acerca el lente. Haz que la lágrima se vea inmensa, trata de amplificar el dolor. Haz que la cámara llore. El llanto grabado será mayor que el real. Será multiplicado, ralentado, proyectado. Llanto. (Pone la reproducción cuadro a cuadro. La lágrima es un mar cayendo en cámara lenta. Deja la cámara a un costado, pero se sigue viendo la lágrima. Él se acerca al mapa, lo toca.)

cámara uno,  Benito Escobar

ATENTOS A LA QUE VIENE...

La madre se queda sentada en la cama. El hijo se levanta y se asoma a la ventana. Ve un grupo de gente en el borde del mar.

Hijo: Algo pasó, la playa está llena de gente.

Madre: Habrán encontrado al Asistente. Te lo dije, hijo, la marea sube y baja, es una lengua que devora todo. Ándate, aún es tiempo. No quiero que te encuentren cuando vengan.

Hijo: Espera. No, no es él. Es un bulto, las olas lo arrastran a la orilla.

Madre: Cuéntame más, quiénes están, qué pasa, cuéntame qué ves.

Hijo: Se están metiendo al mar. Apenas veo, está oscureciendo. Traen linternas, es blanco, parece un vestido.

Madre: ¿Es un vestido?

Hijo: No lo pueden alcanzar, el oleaje es muy fuerte.

Madre: ¿Dijiste blanco?

Hijo: Ya se acercan, ¡es una mujer!

Madre: ¡Hijo! ¡Es Ofelia a la deriva, como una muerta!

Hijo: ¿Por qué?

Madre: ¡La desgracia nos persigue, hijo! ¡Es Ofelia, yo la vi hace un rato, caminaba como una loca!

Hijo: ¿Ofelia?

Madre: Te lo dije, caminaba, y parecía una novia...

Hijo: No puede ser... ¡Tienes que estar equivocada! ¡Ofelia...!

Madre: ¿Por qué le negaste tu amor, hijo?

Hijo: ¡Mi Ofelia!

Madre: ¡Pobre criatura...! Sabes que la quería como nuera...

Hijo: ¡Mamá, yo amaba a Ofelia!

Madre: ¿Se lo dijiste alguna vez?

Hijo: Pensé que ella lo sabía.

Madre: Una mujer, aunque sienta, sólo entiende las palabras. ¡Malditos hombres! ¿Cómo no les enseñan el idioma de las mujeres en la escuela?

Hijo: ¡Estoy maldito!

Madre: No digas esas barbaridades. Debe haber sido un accidente.

Hijo: Ella se quitó la vida como la abuela...

Madre: ¡Ella no estaba loca! Dijiste que hoy la habías visto.

Hijo: La ignoré, algo quería decirme, no la oí, hablaba cosas sin importancia, que su hermano se iba de viaje, que tenía que hablarle a su padre...

Madre: ¿Y no hablaste con ella?

Hijo: No sé, madre, yo estaba esperando al tutor, necesitaba salir para hablarte a ti, no sé si le dije algo, ella me preguntaba cosas, que cuando la acompañaba al campo, le dije que se fuera sola, que si quería se metiera a un convento porque no quería escucharla más, me trajo mis pijamas limpios y yo los tiré lejos, la dejé sola porque el tutor llegó en ese momento, era un asunto urgente... pero era un chiste, mamá, no era en serio... Y ahora... ¿cómo le digo que la amo y que ser su esposo es lo que me haría el más feliz en el mundo, aunque el mundo y las estrellas no lo estimen propicio? ¿Cómo mamá? ¿Puedo ir a verla?

Madre: No vayas, quédate conmigo.

Hijo: Déjame ir a verla, madre, a lo mejor aún respira y mi beso podría despertarla.

Madre: No, hijo, no vayas, te lo suplico. Está muerta.

Hijo: Entonces déjame ir ahora mismo y lanzarme al mar para que me sepulten con ella. Ya he perdido tanto, tanta vida me ha robado este mar que quiero entregar lo poco que ha dejado para que sacie su hambre y sed.

El hijo llora desconsoladamente. La madre lo acoge en su regazo.

Gertrudis (Madre Provisoria), Lucía de la Maza

6. No hay escena posible

Preferimos leer, es lo más sano, lo más elemental, lo más económico

Hacer temporadas breves (Marco Antonio de la Parra)

En salas que no son salas

Con público que no es público

Con subvenciones que no son subvenciones

Somos una generación de economía de medios

De pocas salas

De pocos estrenos

De algunos premios

Pero que escribe febrilmente

SILENCIO EN LA SALA. ADMIRACIÓN!

7. El día decisivo: la génesis

¿Renovamos?

¿Cambiamos en algo el panorama de la escena nacional?

De un día para otro, difícil

Estamos en ese ejercicio

Somos lo que se puede llamar la trouppe de relevo

Si los que escriben las historias nos quieren subir a su palestra, si no es así no nos importa, hay demasiados oídos atentos en el mundo para escuchar

No queremos matar a nuestros padres

No los odiamos del todo

También queremos un poco a

Díaz, a Wolf, a de la Parra, a Radrigán, a Galemiri

No los odiamos lo suficiente

Todavía no lo suficiente para degollarlos

Aparecimos en las postrimerías del siglo

1997-1998

De un origen diverso

Del teatro, de la literatura, de la vida, del puro empeño por escribir algo, de la simple casualidad

Por casi un año nos encerramos en la Biblioteca Nacional

con el ruido de la Alameda General Bernardo O’Higgins de fondo

Luego en la calle “del Inca”, un barrio tranquilo de Las Condes

En la consulta de un psiquiatra y escritor notable

¿Lo conocéis?

Marco Antonio de la Parra

Entre consultas y pizzas apareció un esbozo, un borrador de nuevos escritores

Un núcleo de discusión, de crítica seria, un aprendizaje de oficio...

Proyectos, infinidad de proyectos

Amistades

Enemistades

Amores

Odios

Directores

Dramaturgos

Actores

Etcétera

Rencores enconados, crítica, mucha crítica, y un oído atento al guiño, al desenfreno, a la verdadera teatralidad...

De La Parra prodiga(ba) libros, datos, frases, pinturas, música, guiños, de un cuanto hay para alimentar nuestras palabritas obsesas, autores, Sarduy, Wilson, Arenas (Reinaldo), Celine, Bernhardt, Lezama, a veces teatro, casi nunca, Hopper, parrafadas de Faulkner, el “Ulises” de Joyce, ópera, ópera, ópera, y etcétera y etcétera y etcétera, autores orientales, mucho Müller, Kantor, empapados de figuras hasta el cansancio, de conversaciones, de palabras, imágenes, acerca de nuestras propias palabras, un pedagógico juego hermenéutico sobre nuestro propio discurso teatral

Muchos libros todavía están en mi biblioteca

No, miento, me quedan sólo dos

Ya se los devolveré, maestro

No tenemos una misma fecha de nacimiento

Somos distintos

Somos pocos

Alrededor de treinta

¿Es poco?

Andado camino, armamos un colectivo

ADN (ASOCIACIÓN DE DRAMATURGOS NACIONALES)

No somos escuela

No tenemos máximas

No hay estética que nos guíe

Ni religión

Ni política

Ni decálogo

Tampoco pensamos escribirlo

TAMPOCO LO PENSAMOS ESCRIBIENDO

Es un ejercicio inútil

No llegaríamos nunca a consenso

No somos democráticos cuando escribimos

¡Viva la tiranía del autor y su pc!

¡VIVA EL TOTALITARISMO!

Tampoco pensamos serlo (DEMOCRÁTICOS)

(democráticos, consensuales, DEMOCRÁTICOS, ABURRIDOS, INMENSAMENTE ABURRIDOS)

Somos distintos

Muy distintos

Una especie en vías de proliferación

8. El teatro “bajo la arena”

Hay temas que nos duelen,

Hay temas que me duelen,

El teatro escrito en formas habituales,

Siempre me pareció un poquito inútil a estas alturas de la historia,

Hablo de escrito y quiero decir impreso,

Impreso con sello, editorial y un buen lomo para guardar en biblioteca,

Un teatro publicado,

Escrito como habitualmente se publica,

Con diálogos,

con acotaciones,

con listines de personajes,

con tiempos y movimientos de palabra al servicio de la escena,

Lo que escribo debe ser compuesto para ser visto y oído, para transformarse en escena.

LA OPERA VUELVE AL TEMA CENTRAL,

SE REPITE EN UNA DULZONA MELODÍA DE FONDO

Qué poco teatro se publica en Chile.

Teatro.

LA VOCES DEL CORO ACOMPAÑAN DE ATRÁS

ES EL PREÁMBULO AL FINAL TRÁGICO

Hay autoridades que debieran escuchar

ESTA SEQUÍA YA NO SE AGUANTA

¿Hay alguna autoridad en la sala?

HAY SANGRE EN LA ARENA Y LA SANGRE HIELA EL ALMA...

“DIRECTOR: No. Hay que resistirlo todo porque hemos abierto las puertas, levantado el techo y nos hemos quedado con las cuatro paredes del drama... SEÑOR, EL PÚBLICO, QUE PASE...”

Federico García Lorca, “El Público”, sábado 22 de agosto de 1930

Texto leído con motivo del Primer Encuentro Iberoamericano de Dramaturgia Contemporánea y Segundo Encuentro Nacional de Dramaturgia Contemporánea ADN


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