Hacer teatro hoy


APROXIMACIONES A UN TEATRO MILAGROSO
Por Juan Carlos De Petre

“Si no eres capaz de hacer milagros... retírate” (Stanislavsky)

  • Existe un teatro exterior y un teatro interior. El escenario del primero está en cualquier parte, el del segundo solamente en el alma.
  • Se puede actuar el drama ajeno o el propio. En un caso se representa, en el otro se descubre.
  • El actor es un intermediario entre la voz y el oído, entre el movimiento y la visión, entre el espíritu y su manifestación.
  • El teatro siendo el último reducto humano del arte, debe convertirse en un santuario de la resistencia ante la barbarie, la crueldad y la seducción.
  • El envilecimiento del teatro tiene su origen en el uso que hacen de él los desalmados para afirmar su negación.
  • Existe el espectador, el público es una abstracción.
  • Es preciso silenciar al espectador para que pueda escuchar. Es necesario vaciar al espectador para que pueda recibir. Es obligatorio inmovilizar al espectador para que sienta ganas desesperadas de libertad.
  • Crear es formalizar lo intangible. El actor que no transcribe el misterio es apenas un imitador.
  • El hecho teatral se asemeja al que realiza un inmigrante ilegal, atraviesa clandestinamente las fronteras interiores del espectador.
  • Toda verdadera obra tiene algo de la última cena: se comparte el cuerpo, se bebe de la verdad y se anuncia la redención.
  • El actor que no consiguió iluminarse no puede alumbrar la oscuridad de la sala.
  • Igual que sucede con la persona, el teatro no puede servir a dos amos: a Dios y al dinero.
  • Salir del teatro desocupado, sediento y con hambre... o confiado y lleno de fe... quizás aturdido por tener que volver al mundo. Jamás entretenido, nunca satisfecho.
  • Los actores se preparan para ofrecer, esperan que los invitados estén dispuestos a recibir. Para amar se necesitan dos.
  • El actor inspirado absorbe el aliento creador, abandona su imagen y es otro. Seguramente él mismo por primera vez.
  • No hay límites más abortivos que los impuestos por usos y costumbres. En todo caso son los primeros que deberán ser fracturados por cualquier creador, empezando por los mismos usos y costumbres teatrales.
  • La obra es un sistema definido, con una estructura propia que le permite moverse y respirar como todo ser viviente. Si quienes habitan dentro de ella ignoran sus leyes o violan su funcionamiento, estarían conspirando contra su existencia pudiendo llegar hasta destruirla.
  • Librar una guerra santa contra la ficcionalidad del teatro. Despojarlo de la rémora de su nombre que lo vincula con el engaño para acercarlo a la evidencia, principio de certidumbre.
  • El teatro debe mostrar, sugerir, asomar lo posible... visualizar aquello que todavía no es. Lo otro no es tierra del arte sino de la información, de la historia, del suceso, del periodismo.
  • Pocos esperan lo que no conocen, eso está reservado a los seres de fe. Cuando algo desconocido aparece estamos en presencia del milagro... y justamente por dar cuenta de otras realidades, el milagro transforma.
  • Hagamos un teatro milagroso trabajando sobre lo desconocido, para ayudar con el testimonio, a la transformación de los seres en fe.
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